viernes, 22 de julio de 2011

Adán Inca Lucio… el custodio de los libros

Por: Carlos Silva Koppel

Se sienta de vez en cuando para seguir viendo a los estudiantes de la universidad pasar. Siempre atento a la petición de alguien de cualquier tipo de libro. A primera vista parecería que la mirada le pesa, pero es esa mirada que sabe con qué clase de alma habla y qué libro está buscando.

Adán es un hombre de semblante humilde, guardián de un tesoro invalorable que consta como un patrimonio de los estudiantes universitarios. Más o menos donde empieza o termina la calle Quisquis, contiguamente a la puerta trasera de la Universidad de Guayaquil, se encuentra el hombre del que hablamos. Bajo de estatura y de orígenes indígenas, un guardián de la cultura. Tiene un lugar de venta de libros, un pasillo infinito donde el tiempo se pierde entre hojas y letras.

Cuenta que lo están desalojando del sitio, porque donde le arriendan, es un pasaje que se encuentra entre dos locales que quieren unificar para hacer un solo negocio. “No tengo adónde ir”, manifiesta de manera parsimoniosa. Cuenta luego que la situación económica está difícil, con un ánimo de decepción. Ahora lo quieren desalojar, después de 15 años de estancia a las afueras de la Universidad, quizá para poner una fotocopiadora más.

A esta guarida del saber se la ha bautizado como “El pasillo de la cultura”. Lo que nos indicaría que quien deba estar a cargo de aquél lugar, algo de libros debe de conocer. Adán responde de manera corta, pero muy diestro en sus respuestas, con la seriedad que le caracteriza.

¿Ud. Ha leído algunos de los libros de los que tiene a la venta?
Algo, algo. Aquí le falta tiempo para todo. No sólo leer los libros, hay que limpiarlos, darles mantenimiento.

¿Tiene autores preferidos?
De los ecuatorianos: José de la Cuadra, Jorge Icaza, Jorge Carrera Andrade…

¿Le gustan los autores foráneos?
A mí me gusta de todo (…) ya del extranjero me gustan Marx, Lenin y Stalin.

¿Se consideraría entonces usted, un hombre de izquierda?
Sí (lo dice con mucha firmeza). La izquierda es una sola, depende de la cultura y la conciencia definida.

Entonces, no cualquiera podría ser de izquierda si es que dependiera de la cultura
Quiero decir, madurez de conciencia.

¿Existe algo de la Universidad que le agrade o desagrade?
Debe ser agradable para todo el mundo.

¿Se va realmente a aprender ahí?
Aprende el que realmente ama la educación.

¿Ud. ama la educación?
Vivo para eso.

¿Considera que tiene usted una responsabilidad para con el lector?
Un servidor de la educación, más que un vendedor de libros.

“El pasillo de la cultura” como le llaman, tiene un número indefinido de libros esperando a ser adquiridos. Adán, quien conoce todos los libros que posee a su cargo, con sus respectivos títulos y autores, puede decir que su librería al paso es un patrimonio estudiantil que no debería desaparecer.