viernes, 30 de septiembre de 2016

Mala suerte Correa, mala suerte tuiteros*




Se dice que el fenómeno “Correísmo” despertó el interés por la política en Ecuador y que antes no se hablaba mucho de ella.   A duras penas se mascullaban  algunas palabras y se sacaban presidentes.  La sinceridad y temperamento del electo presidente allá en el 2006, coincidían con la creación de una red social que agarró fuerza el año siguiente: Twitter.  Como sabrán, ésta es aquella red virtual donde se pueden escribir hasta 140 caracteres sobre estados de ánimo, pensamientos, chistes, etc.  Hasta hoy esta ciber plataforma ha sufrido algunos cambios pero la esencia se mantiene.  

La opinión pública, minoritaria por supuesto, que se abanica en este espacio social es incluso tomado muy en cuenta por medios tradicionales.  Las palabras de cada sujeto quedan marcadas en los millones de terabytes de memoria del ciber espacio: son imborrables.  Palabras que se sueltan y que siendo la mayor parte de la categoría “chisme”, se convierten en noticias que luego son replicadas por cientos de usuarios generando discusiones estériles.  Aquella es también la llamada y sobrevalorada campaña mediática de los trolls.  Se opina de todo tópico y por supuesto de política.  La desmesura no falta, tanto así que muchos personajes públicos han mostrado el peor de sus lados y que como consecuencia tuvieron días sin dormir, preocupaciones innecesarias, algún inconveniente legal o despidos laborales. 

Mala suerte que a Correa le tocó todo su período en una época donde una herramienta se dio espacio para los críticos y para otros también un poco más tontos.  Un utensilio que puede hacer perder la cabeza a cualquier incauto.  Mala suerte que a manos de muchos llegó una herramienta que les superó la ética y desbordó la ignorancia.