jueves, 18 de marzo de 2021

Salida de Diario El Telégrafo

 

Estimada Carla, tenga un saludo cordial.

Agradezco personalmente este gesto de su parte con los editorialistas, donde me veo incluido. El habernos escrito para transmitirnos su agradecimiento y despedida, es una gran muestra de respeto y consideración con quienes, de alguna manera, hemos contribuido con nuestras ideas.

La noticia que nos comparte, penosa y sorpresiva, era lo que de cierta manera se avecinaba. Si no ahora, un poquito más luego. El adagio dice que cuando veas las barbas de tu vecino afeitar… bueno, ya sabemos lo que sigue.

Los que siguen, somos los editorialistas… usted solo se nos adelantó junto a los otros comunicadores que laboraban en el Diario.

Agradezco también su apertura; reconozco su gran labor e ímpetu por mantener a flote un proyecto que sufrió varios golpes. Reconozco la misma apertura para la libertad de opinión, que sabemos tiene sus días contados para lo que será en un futuro no muy lejano, la metida de mano a nombre personal en la opinión de los colaboradores que se queden, si es que no llegasen a agradar a los dioses de las tinieblas.

Le expreso mi agradecimiento por permitirme seguir escribiendo en Diario El Telégrafo en las épocas cuando se podía opinar. Tuve, tuvimos, suerte. Porque algunos sabemos lo que se viene. Así es que lo que conocíamos como libertad de opinión, pasará a ser resistencia clandestina y minoritaria, aplastada por el Estado de propaganda.

Asimismo, somos, soy testigo, de todos los ataques que recibió y que muchos acá hemos recibido. Pero que usted como directora los obtuvo en demasía.

Creería que el siguiente en irse sería yo: por una cuestión de solidaridad; porque mejor retirarse ahora que ser desplazados luego sin la consideración que usted, o su antecesor, nos mostró.

Fue un gusto compartir el espacio de los lunes junto a colaboradores muy lúcidos.

Por mi parte seguiré aportando desde mi lugar, con mis ideas, en los espacios que me lo permitan o en los que se formen.