Ya en horas de la tarde recordé lo que a mi parecer, el estadista por excelencia, el Presidente, mencionaba en su cadena sabatina sin vanilocuencias, la inoperancia de financiar carreras que ya el Estado no demanda. No del todo obvio está inscrito que tal financiamiento está dirigido a las Universidades del Estado y existe el trillado argumento falaz que las carreras surgen a partir de la gran demanda social.
Hay una cantidad exacerbada de abogados, de empresarios, de marketeros y economistas, por tal motivo, el Estado está obligado a retirar el financiamiento de dichas carreras.
La Universidad más que un espacio de preparación profesional siempre ha sido una empresa bientrecha productora de obreros, hablando de las universidades subvencionadas por el Estado, mientras las privadas, empresas que ven el ingreso a un corto plazo, es decir, aquí el negocio es mientras el individuo está cursando la carrera. Claro, por ser privada existen mayores privilegios académicos, si se quiere.
Estrictamente, en este discurso del Presidente se percibe el olor álgido del socialismo. En la universidad gratuita se aperturan carreras, en pocas palabras, para que les sirva a la sociedad. Democráticamente se impone un variado número de profesiones, no que un ciudadano pueda elegir, sino que el Estado considera están dentro de la demanda social.
No podríamos imaginar jamás estudiar en una universidad del Estado: Literatura, Poesía, Filosofía, Antropología, etc., porque esto al Estado no le sirve en lo más mínimo para poder acudir a la demanda social que éste mismo propicia y espera que exista.
La demanda social existe porque existe un discurso que lo atiende, en este caso el Estado. El Estado justifica su existencia a partir de la demanda social. ¿Qué sentido tendría acabar con la llamada demanda social?, sería el fin del Estado.
Se vende la idea que la Universidad es gratuita y por tal motivo el estudiante se encuentra en un compromiso, en deuda y la tiene que pagar con sus servicios, dejando de lado cualquier idea de hacer algo distinto, algo que persiga un interés individual, y esto es obligatorio.
Hay que diferenciar si algo es gratuito porque otro lo paga o es gratuito porque así debe de ser. La Universidad es una potencial máquina productora de obreros. Se los entrena para trabajar en condiciones infrahumanas, sin paga. Se les enseña que tienen que trabajar en las peores condiciones, sin objeción alguna, porque eso es un requisito para graduarse aparte que está pagando su deuda con el Estado.
Por eso en instituciones públicas seleccionan personal exclusivamente de una Universidad Gratuita, porque éstos están entrenados para la explotación, por ejemplo. Mientras que en las instituciones privadas se seleccionan a estudiantes de universidades privadas, no sólo por su preparación académica, sino por su manera de pensar; podría ser un completo idiota, pero tiene carácter y posiblemente ocupe un cargo administrativo, y si el de la universidad gratuita por obra del “Señor”, llegue a trabajar en dicha institución, lo hará posiblemente en condición de esclavo, no tanto así, quiero decir, con un sobrecargo de horas y con un sueldo mínimo.
Simplemente el hecho de cerrar una carrera por no estar dentro de la demanda social no es sólo un acto dictatorial, sino que con esto se demuestra la esencia del socialismo, su colectivización, que desagua en su carácter inhumano. ¿Ahora qué pasará con quienes querían ser abogados?, tendrá que estudiar alguna cosa que le sirva al Estado. Se elimina por completo el interés particular de cada persona.
La Universidad es otro sistema burocrático al cual tenemos que someternos, para de alguna manera poder sobrevivir.
Hay una cantidad exacerbada de abogados, de empresarios, de marketeros y economistas, por tal motivo, el Estado está obligado a retirar el financiamiento de dichas carreras.
La Universidad más que un espacio de preparación profesional siempre ha sido una empresa bientrecha productora de obreros, hablando de las universidades subvencionadas por el Estado, mientras las privadas, empresas que ven el ingreso a un corto plazo, es decir, aquí el negocio es mientras el individuo está cursando la carrera. Claro, por ser privada existen mayores privilegios académicos, si se quiere.
Estrictamente, en este discurso del Presidente se percibe el olor álgido del socialismo. En la universidad gratuita se aperturan carreras, en pocas palabras, para que les sirva a la sociedad. Democráticamente se impone un variado número de profesiones, no que un ciudadano pueda elegir, sino que el Estado considera están dentro de la demanda social.
No podríamos imaginar jamás estudiar en una universidad del Estado: Literatura, Poesía, Filosofía, Antropología, etc., porque esto al Estado no le sirve en lo más mínimo para poder acudir a la demanda social que éste mismo propicia y espera que exista.
La demanda social existe porque existe un discurso que lo atiende, en este caso el Estado. El Estado justifica su existencia a partir de la demanda social. ¿Qué sentido tendría acabar con la llamada demanda social?, sería el fin del Estado.
Se vende la idea que la Universidad es gratuita y por tal motivo el estudiante se encuentra en un compromiso, en deuda y la tiene que pagar con sus servicios, dejando de lado cualquier idea de hacer algo distinto, algo que persiga un interés individual, y esto es obligatorio.
Hay que diferenciar si algo es gratuito porque otro lo paga o es gratuito porque así debe de ser. La Universidad es una potencial máquina productora de obreros. Se los entrena para trabajar en condiciones infrahumanas, sin paga. Se les enseña que tienen que trabajar en las peores condiciones, sin objeción alguna, porque eso es un requisito para graduarse aparte que está pagando su deuda con el Estado.
Por eso en instituciones públicas seleccionan personal exclusivamente de una Universidad Gratuita, porque éstos están entrenados para la explotación, por ejemplo. Mientras que en las instituciones privadas se seleccionan a estudiantes de universidades privadas, no sólo por su preparación académica, sino por su manera de pensar; podría ser un completo idiota, pero tiene carácter y posiblemente ocupe un cargo administrativo, y si el de la universidad gratuita por obra del “Señor”, llegue a trabajar en dicha institución, lo hará posiblemente en condición de esclavo, no tanto así, quiero decir, con un sobrecargo de horas y con un sueldo mínimo.
Simplemente el hecho de cerrar una carrera por no estar dentro de la demanda social no es sólo un acto dictatorial, sino que con esto se demuestra la esencia del socialismo, su colectivización, que desagua en su carácter inhumano. ¿Ahora qué pasará con quienes querían ser abogados?, tendrá que estudiar alguna cosa que le sirva al Estado. Se elimina por completo el interés particular de cada persona.
La Universidad es otro sistema burocrático al cual tenemos que someternos, para de alguna manera poder sobrevivir.