lunes, 16 de noviembre de 2009

“Tú me completas”

Trastorno bipolar con episodio maníaco, trastorno esquizoafectivo, trastorno disocial de la personalidad, psicópata o perverso, sociópata, etc., son algunos de los diagnósticos que se le pueden atribuir al tan conocido archivillano de Batman: el Guasón. Lo diría un psiquiatra o un psicólogo, hasta un sociólogo podría caer en la trampa, si en algún momento le solicitaran hablar de él, difamando al pobre activista.


Es re-conocido que no puede haber mal sin bien, una antístesis a algo ya existente, esto sin caer en el juego dialéctico. La enfermedad para la salud, el estudiante para el maestro, la delincuencia para la policía, el paciente para el doctor. Y precisamente aquí radica la idea ingenua de poder acabar con una antítesis de éstas. Pues resulta dinámicamente inacabable y se manifiesta con una economía de igual a igual, si el intento de acabar con la delincuencia es mayor, pues mayor será el índice delictivo, y habrá tanta delincuencia, como operativos policiales.



El Guasón es una derivación de una ciudad industrializada como se ilustra Ciudad Gótica, es una respuesta a las industrias Díaz, es la contestación a Batman, que en sí, también son susceptibles a diagnósticos, pero nos quedamos solamente con que son también una práctica sádica, así como tantas otras instituciones o dispositivos de poder. Es como el axioma de la educación, educar sin importar el “cómo” del asunto. Se muestra a un maestro severo amo de un saber que idealiza a todos sus estudiantes como ignorantes, pervirtiéndose toda intención de enseñanza. Obviamente surgirán los “guasones” del aula de clases, para establecer un equilibrio. De aquí, que el asunto es meramente político.


Entes como el Guasón son expresiones sociales que persiguen una liberación, quizás, libidinal, a un sistema vorazmente industrializado e impositivo. Cada uno siguiendo su propia moral, la diferencia es que la del Guasón es concientemente ideológica (por eso se dice en este texto que se trata de un activista), mientras la otra con intereses de control y progreso económico.


Nuestro villano, no es más que un recuerdo de la dinámica social, de la perversa actuación y ejercicio de un sistema de poder, hacia el poder mismo, no hacia la sociedad per se, ésta es sólo su medio. Se diría en algunos contextos, que se trata de un síntoma y obviamente, se ha de querer eliminar y ya es sabido que regresará como retorno de lo reprimido y de otras muchas formas.

Lo que se intenta ilustrar es que no hay un diagnóstico, que los sujetos son inajustables a un diagnóstico. En el caso de nuestro villano en cuestión, a lo que él concierne, es una demostración de que un dispositivo de poder no funciona, algo que el mismo Guasón se encarga de increpar, de echar culpa, tal como un superyó freudiano, sin embargo gracias a que existe este dispositivo bien instalado aunque maltrecho, es que el Guasón existe, “se completa”.


sábado, 14 de noviembre de 2009

El Presidente y Chomsky



Dentro del discurso sabatino llevado a cabo por el señor Presidente Rafael Correa, el 7 de noviembre (2009), me satisfizo escuchar por parte del mandatario, que se había estrechado de manos con el filósofo, lingüista y activista político Noam Chomsky, de lo que luego comentó el ejecutivo, que era uno de sus “autores favoritos”, explicando brevedades sobre la vida de éste

En ese caso creería que en esa afinidad entre el mandatario y el autor, existirán también afinidades con lo que el autor ha llevado a discusión durante tanto tiempo en su obra, como la de tener una concepción humanista y firme de la naturaleza humana, comprendiendo todos los fenómenos y procesos que ella encierra; esto da lugar al respeto a la libertad, a la dignidad, la creatividad y otras manifestaciones esenciales.

Otra sería el comprender a cabalidad la naturaleza del poder, la opresión, el terror y la destrucción de una sociedad, sabiendo que las instituciones económicas, comerciales, educativas, financieras, son entendidas como la piedra angular de un gobierno autocrático (considerado también en términos ideológicos).

Podríamos entender a Chomsky como un instigador de la Desobediencia Civil, para hablar en términos de activismo político. Chomsky menciona que si se está pensando en la “revolución social”, aunque por supuesto sería absurdo presentar una descripción detallada del objetivo que se intenta alcanzar, no se puede lograr por tener una comprensión muy parcial de las realidades sociales y, en ese caso, de las realidades humanas. Entonces, la revolución es un fracaso, especialmente si proviene de una instancia de poder. Por lo tanto, la revolución, o lo que Chomsky llama “Justicia”, está íntimamente ligada con la Desobediencia Civil, algo que pondría en tela de duda, que una instancia de “Poder” apruebe.

Por ejemplo, una amenaza de autoritarismo, de dictadura o de clausura a los ciudadanos, sería algo muy grave en una sociedad. La justicia, vista en términos de desobediencia civil, llenos de incertidumbre (es decir, que no se saben las consecuencias), sería la forma de hacer política para Chomsky. Para éste profesor del MIT (Instituto de Tecnología de Massachussets), es correcto consolidar actos que impidan acciones criminales del Estado, actos como: dañar los bienes públicos o cerrar el tránsito para evitar que hayan más asesinatos en Guayaquil, por ejemplo. Luego dice: “hay que tener cuidado cuando se llama a algo ilegal”.

El viejo lingüista también tiene aportes sobre la educación. Dice que en lo que se llama “Institución Educativa”, prima un modelo que impide el pensamiento crítico e independiente, que no permite razonar y fijan explicaciones que resultan como únicas, formando así tecnócratas. No hay por parte de los profesores una petición a los estudiantes, que lleve a analizar las estructuras políticas y sociales que forman sus vidas, peor aún llevar a los estudiantes a que descubran “la verdad por ellos mismos”. La empresa de la educación seguirá siendo un aparato ideológico y pronto, del Estado.

Después de todo esto, es interesante que haya una preferencia por Chomsky. Tendría mis dudas.