Lo que le importa al mundo son los adultos y sanos, no los enfermos, ni los viejos o los muertos… como en La Metamorfosis de Kafka, son puestos en un lugar lejano y a veces oscuro, para no hablar de eso u olvidarlo. En nuestra sociedad, Occidental de hoy, solo importa el que produce algo: mercancía, dinero, datos estadísticos. Los viejos están infravalorados, no como era antiguamente.
La visión de quienes plantean que la ancianidad debe ser productiva es de tipo funcionalista. Sociólogos creen que la vejez puede ser considerada como una categoría social inferior, que está formada por individuos improductivos y que suponen una carga y dependencia para la estructura social. También es una visión funcionalista aquella de la vejez como una situación de dependencia social y podemos considerarla de apurada y como una falta de conocimiento de los aspectos más importantes con respecto a la población adulta mayor.
De esta manera coincido con las posturas que dicen que no solo hay un olvido como había dicho antes, sobre la vejez, el envejecimiento… lo viejos, sino que hay discriminación. Habrá que recordar para esto a Jung, cuando sostenía que solo a los 80 años de edad podía desarrollarse un nivel superior de pensamiento, un tercer piso; algo de lo que carecemos los adultos no mayores.
Me parece importante que de aquí tengamos que re-plantearnos, como ejercicio científicamente sano, lo que se viene dando o diciendo. Preguntarse si la vejez activa, como se conoce ese constructo, ¿tendría que ver con la población de viejos que sean productivos a la sociedad o que sean productivos para sí mismos?; en este último sentido pensando únicamente en su vida.
Mientras somos jóvenes y adultos, de 20 a 55 años, somos indolentes con respecto a estos temas que nos convocan, precisamente porque esa indolencia está asociada a la productividad que nos caracteriza como sujetos sociales.
¿Qué tan grave es que nos basemos en los datos estadísticos para los estudios de estos temas, si esos mismos datos son los que hacen daño a eso mismo que estamos estudiando o interviniendo? Digo esto en relación a los discursos Amo, por ejemplo, el de la medicina al dictar las probabilidades de vida en la atención de ancianos en el sistema de salud. No se da la atención de salud integral o adecuada que necesitan, basados en la evidencia de las probabilidades de vida que botan datos estadísticos.
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Tute (2017), recuperado de su cuenta de Twitter @Tutehumor |
Me preocupa muy poco el Estado de bienestar cuando tengo enfrente a alguien que le ha dedicado su vida a sostener dicho Estado y que cuando le toca el momento de recibir la retribución, es considerado “la carga”, “el desocupado”, el “no activo”, “el viejo demente”. A la larga el Estado se las arregla para sostenerse siempre.
Las necesidades sociales son esas que son síntoma del mismo sistema y si es así, es porque algo del sistema no anda y más bien debemos de estar del lado de quienes lo necesitan, sin ser parte del mismo sistema que produce a los necesitados, con ojos críticos y dispuestos a revelarnos con inteligencia.
Carlos Silva Koppel