sábado, 15 de noviembre de 2008

El Ser Humano Inservible.

No sería tan impertinente preguntarse en estos días si es que cualquiera de nosotros podría vivir apartado de algún aparato tecnológico (los llamados gadgets); casi para algunos aquélla interrogante es casi inaceptable, poco más inadmisible al pensamiento.

Mucho más allá del tradicional romanticismo de que estos instrumentos electrónicos sirven para trabajar, con mayor razón, para facilitar el trabajo, que del Internet se aprende tanto, que las distancias se han acortado, que las fotos, la música, etc. Es muy creíble y tomándolo en cierto sentido ésta es la verdadera evolución del hombre.

Haré dos referencias para encauzar el presente escrito, una vez más me ayudaré del tan útil texto de Engels, “El papel del trabajo en la transformación del mono al hombre” que me ha servido para criticarlo, y una de las películas de Kubrick, “Odisea 2001”.

Analicemos un poco la evolución a partir del papel del trabajo y según Engels. Desde este vector, el trabajo no podría ser ejecutado sin la utilización de la herramienta. El trabajo ha determinado la evolución del hombre (no se profundizará en otras categorías en este sentido para no ser tan lineales), por lo tanto la herramienta ha determinado la evolución del hombre. La herramienta ha significado a lo largo de la historia “Poder”, jerarquía, quien poseía la herramienta era el caudillo del grupo. Ésta operatividad del manejo de la herramienta, la adecuación de la mano a la herramienta y la modificación de ésta, que sólo el hombre ha podido realizar, se denominará, “manual concreta”.

Ahora recordemos la película de Kubrick, ésta iniciaba en África hace unos cuatro millones de años, paseando por los laberintos de la tierra árida del continente, nos encontraríamos con unos seres harto similares a los monos, bastante torpes, cobardes por su instinto animal, pero así, curiosos (características que nos han quedado casi como un legado), y comunicándose con sonidos guturales, zoosignos, etc.

Uno de estos homínidos descubre un instrumento para pegar, destrozar, matar, es para él, una herramienta, un hueso de tapir, el último objeto de la tecnología en aquél entonces. Éste sujeto que la poseía (se le llamará sujeto a partir del descubrimiento de la herramienta según estos postulados de la evolución, en cuanto el papel importante de la herramienta para que el mono fuera al fin hombre, entonces se deduce que el mono empezó por ser hombre en el momento que encuentra la herramienta), era el jefe, el que estaba al mando, y los demás sus seguidores, identificados con éste sujeto y con su poder, todos quería tener una herramienta, éste nuevo aparatito tecnológico que servía para abrir cráneos o matar enemigos.

Hoy en día es casi lo mismo, la herramienta ha ganado tanta plusvalía, que no ha sido mala idea comercializarla. Los que posean un celular último modelo, la computadora de bolsillo, o los que pasen más tiempo en el Internet, en este sentido, no fuera muy ambicioso pensar que serían como una especie de líderes, así como el mono-sujeto de hace cuatro millones de años que encontró el hueso. Por supuesto que pronto todos tendrán su huesito, sería cada vez más fácil de conseguirlo.

El huesito empezaría por ser poco útil en el momento que encuentren la piedra cortante (el nuevo instrumento tecnológico). Sólo la tendría el primero en descubrirla, para ese entonces todos ya tendrían su huesito. ¿Qué se podría decir? Era el mercado de hace millones de años, ahora, después de tanto tiempo, las cosas no han cambiado mucho. Se comprueba en la vida cotidiana.

Regresando a “Odisea en el espacio”, recordemos que la película se desenvuelve en tres capítulos, por llamarlos de algún modo. Luego de ver un poco la vida de los simios- humanos, existe un salto cronológico al año 2001, algunas naves volando por ahí, para enfatizar el futuro y el espacio. Pero en la secuencia de la película se demuestra que el hombre ha perdido el control total de la herramienta, y el inicio del fin de su evolución.

Hall 9000, la máquina con conciencia propia, es llevada con una tripulación de científicos a una misión importante a Júpiter. Pues bien, aunque no veríamos con los ojos de la herramienta inteligente, se observa a un ser humano inútil, con fallas, que no domina la gravedad, tonto, que tiene que dormir, comer, efectuar necesidades desagradables, que se equivoca, imperfecto; la máquina, que en realidad es una herramienta, es la tecnología, de las últimas, casi en el último momento evolutivo del hombre (porque al hombre se le atribuye su evolución según el trabajo y la herramienta), se da cuenta que el hombre ya no le sirve. Ésta, lo empieza a medir, observa cuán útil le puede ser esta especie de ser vivo, y se da cuenta que no le sería nada útil, que existen muchas posibilidades que la misión a Júpiter fallaría a causa de algunas de las negligencias de este ser muy parecido a los monos, bastante torpe, cobarde por su instinto animal y algo curioso (características que nos han quedado casi como un legado). Hall 9000 tomará la decisión de eliminarlos. Esto entre otras cosas curiosas suceden en esta secuencia cinematográfica.

El hombre en su idea de evolución a partir de la herramienta, dejó de ser sujeto, se convirtió en el mismo simio que era antes de descubrir el hueso de tapir. La máquina, la herramienta, la tecnología, el hueso, lo reemplazó. Habría que estudiar más a profundidad entonces el momento evolutivo del hombre a partir del trabajo y su herramienta y los momentos venideros, para confirmar la veracidad de la herramienta en la evolución del hombre, o ¿acaso la evolución del hombre significaría el ocaso del hombre mismo?

“El hombre por más hombre que sea, seguirá por ser un animal”, especialmente sin su herramienta o su celular.

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