Este título amerita disculpas, puesto que funcionaría como una redundancia, una repetición sin sentido.
Si es que la sociedad tiene alguna utilidad, es para éste discurso mismo (para sí misma), nada tiene que ver con el sujeto.
Todo surge cuando decidí por curiosidad chequear qué era aquello del Facebook. Yo, más que ignorante, cedí en abrir una cuenta. Hurgando por este divertidísimo y angustiante sistema, no me encontré más que con una tecnología de vida virtual. Fotos, comentarios, amigos; es la sumisión casi entera del ser humano en la cultura. Y ahora la cultura, es la tecnología.
Se vive con ligereza, se vive en lo trivial, comentarios absurdos, narcisismos, remedos de arte, es lo que invita un sistema como éste. Se permanece ahondado en la nada, en lo virtual, distraído, embrutecido. El sujeto no medita, no piensa, ya no reflexiona. Pero, si no hay nada más satisfactorio que vivir en la reflexión del mundo, en la reflexión de sí mismo. En realidad en el mundo no pasa gran cosa, si es que no es interrogado. En estas cuestiones informáticas no pasa gran cosa, si es que no se es interrogada.
En un sentido, estos bienes tienen su utilidad, pero más allá de ese trillado romanticismo, más que visto como un lujo pop, posmoderno, es un agujero que se lleva lo esencial del ser humano: su pensamiento. La cultura degenera al sujeto. Ya nada se le escapa, como bien exponen algunos: “el Internet es un medio de comunicación masivo”, exacto, se sabrá todo, casi todo, hasta el más recóndito espacio del mundo, se mantienen al tanto de todo lo cultural. De esto se trata este tipo de civilización virtual. De esto se trata la cultura, de comunicar. ¿Quiénes son los que verdaderamente se comunican? ¿Qué es lo que comunican?
No hablemos de comunicación, peor aún de evolución (ver “Hombre Inservible”), ¿Quiénes son los que gozan de este sistema en red? No con esto se quiere optar por una posición ideológica o política, ni mucho menos económica, pero, échenle un ojo al tipo de comunicación que existe en el Facebook, por ejemplo. Más allá de un uso utilitarista que se le pueda dar a la tecnología, su uso no deja de ser culturizante y esto es lo que lo hace antidemocrático.
Una civilización es la que tiene, en primer lugar, un muladar. Se podría mencionar que las grandes civilizaciones existen desde que existen los muladares. Parafraseando a Jacques Lacan, no sé si se pueda comprender la analogía entre muladar y cultura. Ahora ya nadie se escapa de esto, hay cañerías y tuberías por todas partes, las cloacas en las computadoras y todos tienen la necesidad de defecar.
La cultura alivia, la tecnología alivia, los alivia completamente de la función de pensar, de pensar en las cosas que no se dominan en absoluto. Esto llamado Internet, en su uso exacerbado, en el que por pensamiento mágico se justifica con “comunicación masiva”, podría llegar a ser peor que la escuela donde todos visten del mismo color. Es la cultura potenciada, en cuanto a su hegemonía de homogeneización. Este movimiento cultural, tecnológico, tritura al sujeto volviéndolo cada vez más infame.
Si es que la sociedad tiene alguna utilidad, es para éste discurso mismo (para sí misma), nada tiene que ver con el sujeto.
Todo surge cuando decidí por curiosidad chequear qué era aquello del Facebook. Yo, más que ignorante, cedí en abrir una cuenta. Hurgando por este divertidísimo y angustiante sistema, no me encontré más que con una tecnología de vida virtual. Fotos, comentarios, amigos; es la sumisión casi entera del ser humano en la cultura. Y ahora la cultura, es la tecnología.
Se vive con ligereza, se vive en lo trivial, comentarios absurdos, narcisismos, remedos de arte, es lo que invita un sistema como éste. Se permanece ahondado en la nada, en lo virtual, distraído, embrutecido. El sujeto no medita, no piensa, ya no reflexiona. Pero, si no hay nada más satisfactorio que vivir en la reflexión del mundo, en la reflexión de sí mismo. En realidad en el mundo no pasa gran cosa, si es que no es interrogado. En estas cuestiones informáticas no pasa gran cosa, si es que no se es interrogada.
En un sentido, estos bienes tienen su utilidad, pero más allá de ese trillado romanticismo, más que visto como un lujo pop, posmoderno, es un agujero que se lleva lo esencial del ser humano: su pensamiento. La cultura degenera al sujeto. Ya nada se le escapa, como bien exponen algunos: “el Internet es un medio de comunicación masivo”, exacto, se sabrá todo, casi todo, hasta el más recóndito espacio del mundo, se mantienen al tanto de todo lo cultural. De esto se trata este tipo de civilización virtual. De esto se trata la cultura, de comunicar. ¿Quiénes son los que verdaderamente se comunican? ¿Qué es lo que comunican?
No hablemos de comunicación, peor aún de evolución (ver “Hombre Inservible”), ¿Quiénes son los que gozan de este sistema en red? No con esto se quiere optar por una posición ideológica o política, ni mucho menos económica, pero, échenle un ojo al tipo de comunicación que existe en el Facebook, por ejemplo. Más allá de un uso utilitarista que se le pueda dar a la tecnología, su uso no deja de ser culturizante y esto es lo que lo hace antidemocrático.
Una civilización es la que tiene, en primer lugar, un muladar. Se podría mencionar que las grandes civilizaciones existen desde que existen los muladares. Parafraseando a Jacques Lacan, no sé si se pueda comprender la analogía entre muladar y cultura. Ahora ya nadie se escapa de esto, hay cañerías y tuberías por todas partes, las cloacas en las computadoras y todos tienen la necesidad de defecar.
La cultura alivia, la tecnología alivia, los alivia completamente de la función de pensar, de pensar en las cosas que no se dominan en absoluto. Esto llamado Internet, en su uso exacerbado, en el que por pensamiento mágico se justifica con “comunicación masiva”, podría llegar a ser peor que la escuela donde todos visten del mismo color. Es la cultura potenciada, en cuanto a su hegemonía de homogeneización. Este movimiento cultural, tecnológico, tritura al sujeto volviéndolo cada vez más infame.
1 comentario:
Aunque un poco fuerte por aquella parte en la que remites a la cuestion de defecar, te puedo decir que le das al punto exacto al tema, narcisismo, intentos de hacer "arte". De veras que esta parte de la sociedad adicta al facebook acoge como ideologia y forma de vida en el mundo real , la que tienen dentro de su mundillo virtual.Definitivamente me pregunto si habrán más personas que nos incomodemos por la degradación de lo humano (por decirlo así)
Espero que sigas mejorando tu calidad de escritura. Sigue así , aunque no nos vemos hace tiempo es bueno al menos "escucharte" de esta manera.
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