lunes, 29 de marzo de 2010

Oposición y Rendición de cuentas

Es interesante observar cómo una oposición puede derrumbarse frente a un régimen de Poder. Llegar al fondo del pantano para lanzar sus más espesos lodos, sus pocos argumentos. Una oposición vacía, cansada, fastidiada y desesperada. Frente a una institución que se apropia y legitima velozmente de todos los poderes. Sin embargo, esta oposición por más vulgar y débil que sea, es, ok… bueno: una oposición. Es la que por sus desaciertos, obliga al régimen a aclarar, a desmentir y a rendir cuentas.

Error inmenso es pensar que la lucha es en las calles y aun ideando revoluciones, peor violentas. Eso no será ni más ni menos que un pequeño berrinche, de niños de escuela; de universitarios. No se necesitan tantos berrinches de lado de la oposición, ya hay suficientes. La oposición procurará ser más profunda, mejor elaborada. Podría hasta ser poética, paciente o filosófica; a la altura. Considerando que en aquéllos rascacielos, el Poder no sepa de qué se le esté hablando, evocando al principio de Dilbert. Probablemente así el Poder como tal, pueda sentirse incómodo o herido por no entender. La oposición puede ser escrita.

Se escribe no para un partido, sino para los públicos, parafraseando a Juan Montalvo, verdadero rey del insulto, quien incita a la gente a no dejar de escribir, no dejar de hablar, mientras se pueda. Pobre de don Gabriel García, como él le llamaba. Se las vio negras hasta la noche de la tormenta. Ya oposiciones así no encontramos estos días. ¿Qué nos ha pasado?

Gracias a la oposición inestable que existe, la necesidad de aclarar, desmentir y ser eficaces no es menester. Una vehemencia por rendir cuentas, decir lo que se hace, lo que no se hace, lo que se hará, es de prioridad para el régimen. Pues aquí el control en todos los resquicios no puede claudicar: las formas, las listas, los informes, etc. Que muestren eficacia y eficiencia de todos quienes trabajan. Sin embargo, no se puede ser tan ingenuo.

Los sistemas de control no pueden estar al tanto de todo. No se puede pensar en que todo va bien, a la perfección: por esta calle pasa la patrulla, a la vuelta roban; aquí todo es legal, más allá pasan coimas; sigan ustedes. El abuso de rendición de cuentas, para justificar una posición, para demostrar que se trabaja y el control de los distintos espacios, es en vano, si es que no se sienten los cambios, si es que no sentimos los cambios. De lo que se dice que se hace, a lo que se vive, hay un río más grande que el Amazonas. Entonces tocará aprender a pensar, si no, a nadar.

3 comentarios:

Viktor Lecter dijo...

Una oposición que no sale a las calles y no hace berrinches como dices, nunca podrá hacerse notar ante los medios y ante el pueblo.

Para tener una oposición de intelectuales pues ya la tenemos y es un círculo brillante lleno politólogos, sociólogos, economistas y hasta psicoanalistas como tu, pero mas alla de leerse y opinarse entre si no llegan a mas.

La belleza de la palabra es muy útil si de convencer a un pueblo letrado y culto se trata, pero Carlos... ¡nuestra realidad es otra!.

Si no sales a las calles por lo menos a apoyar el berrinche de otros no solo no aportas nada sino que además nos perjudicas, porque muchos creeran que lo que dices es verdad y se concentrarán en escribir preciosos versos inútiles.

Busca tu camino Carlos, encuentra tu berricnhe o inventate uno, luego... busca alguno similar y sal de tu cueva.

Carlos Silva dijo...

Víctor, basta solamente esta referencia: "mi pluma lo mató".

GUILLERMO SUCO dijo...

¿Qué es una oposición, sino una idea, un paradigma que se erige cual misil intentando destruir un monolito?

¿Qué es una oposición, sino una idea, un juicio que lo único que demuestra es la reyerta interior de la imposibilidad de someterse a la autoridad?

Y en nuestro mundo la anarquía imperante moviliza gentes de todas las condiciones y razas a sublevarse contra la norma establecida.

Liberalismo lo llaman... ¿y qué es el liberalismo sin la libertad interior? ¿Dónde nace, crece, se reproduce y muere la libertad interior sino en las elaboraciones subjetivas del ser humano en función de la norma introyectada?

¡Patrañas! ¡Liberalismo libertino que promueve la decadencia de la sociedad! Fundan la oposición en la costumbre y la llaman intelectual. ¡Patrañs y mil veces patrañas! Estupidez escondida detrás de terminologías que intentan demostrar intelectualismo y luces plagadas de sombras, resplandor sumergido en tinieblas...

¿Marchas? ¿Oposición intelectual? ¿Plumas que matan? ¿Acaso la historia ha mostrado resultados favorables a la rebelión, al "liberalismo"? La rebelión engendra rebelión; las luchas engendran luchas. La obediencia cosecha desarrollo en la sociedad.

La oposición, sea intelectual o berrinchuda, no deja de mostrar sujetos embargados de temor… embriagados por el sutil mosto de la rebelión y la incapacidad de someterse a la autoridad. ¿Liberalismo acaso? De ningún modo. Sólo existe libertad cuando existe obediencia y capacidad para luchar por el desarrollo de nuestra sociedad. Salir a las calles o escribir en las cuevas, no es sino símbolo de temor y cobardía. En la libertad existe obediencia y en la obediencia existe libertad.

Eso sí, si la moralidad se halla amenazada por leyes que inciten la depravación y la degeneración perversa bajo la mascarada de “mentes abiertas” y equidades tontas, entonces nos levantaremos para denunciar la violación de nuestro derecho al respeto. Y es que, los derechos del otro terminan donde comienzan los nuestros.

Existe mucha tela por tejer en torno a este tema. Pero, ello lo dejaremos para cuando estas línes sacudan sus moldes y echen abajo sus ideologías plagadas de filosofías caducas y enarboladas por seres sumergidos en pozos de temor y en el lodo cenagoso de su decadencia humana. Sí, sus moldes se sacudirán y ello es lo que espero ansiosamente.