La práctica clínica trae
consigo muchos desafíos a los psicoanalistas hoy en día, en tiempos de Tik Tok, lo “positivo”, el bienestar “integral”,
el bien y lo bello, las grandes bestias de las redes sociales… entre esas está
Instagram como la más representativa.
Sabemos que lo bello en redes sociales,
es solo una mascarada encima de la verdad.
Para Lacan, lo
bello es el impedimento para que se pueda dar un análisis, es mi lectura acerca
esto. A lo que concluyo que, la
permanencia y creencia de lo bello
que yace en redes sociales es, también por un lado, el impedimento para que se dé un psicoanálisis.
Por otra parte, el primer impedimento para un análisis
es el bien y aquella persecución
debería estar advertida por los analistas, ahora cuando más están seducidos en
curar… ¿ahora más que antes? Al decir “bien”, me refiero también al perseguir
el bienestar.
Cuando se acerca un consultante/paciente quejándose
de su malestar, ¿está dentro del trabajo de los psicoanalistas curárselo? Un
paciente alguna vez me dijo que sus padres dejaron de traerlo a análisis para
llevarlo a una psicóloga que le dijo: “solo vamos a hablar de lo bueno de ti.
Lo negativo háblalo en otro lado”. El
paciente que me contactó desesperado, lo catalogó como estúpido, lo cual quiere
decir: las personas que asisten a psicoanálisis, saben a lo que vienen y conocen su valor.
El lugar del análisis, que es en un momento el de la
histeria, es decir, hablar de lo que se le aqueja, es en realidad la relación
del sujeto con el significante e intentar “curar” aquello, lo único que
estaríamos haciendo es interrumpir la cura psicoanalítica.
La cuestión es llevar del eso-habla en relación al
significante, a posicionarse en él, maniobra que deberá ser establecida por el
psicoanalista.
En términos sencillos es inicialmente dejar que eso
hable, la cuestión acerca de la queja y el sufrimiento, hasta pararse en él, lo
cual da otro estatuto al sujeto. Porque
de la destrucción que implica cualquier experiencia, o que sería muy parecido a que cualquier experiencia es una experiencia de destrucción, daría paso a la
vida, como sucede dentro de la naturaleza.
Siendo, de otro modo, que la práctica psicoanalítica para nada tiene que
ver con un proceso natural o perteneciente a ello. Ni de persecución del bien o de lo bello.
Carlos Silva Koppel
Psicoanalista
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