jueves, 9 de julio de 2009

Del dormir

Luego de un largo sueño profundo del que disfruté, me surgió la idea trillada que de dormir, no sé que me gusta más, ¿soñar o el no estar despierto?
Existe un manual donde se encuentran un sin número de diagnósticos psicológicos elaborado por psiquiatras, el CIE -10 (Clasificatorio Internacional de las Enfermedades, mentales). Los trastornos del sueño según la psicopatología, son síntomas que se encuentran dentro de los trastornos del humor. El hipersomnio es un síntoma primordial de los trastornos depresivos, por citar un ejemplo. Diría que tengo una posibilidad de estar cursando por algún trastorno de esos. El exceso de la necesidad del sueño y la abulia me invaden, seguramente ya tendré un diagnóstico definido.

Sin embargo, más allá que el sueño se trata de un proceso reponedor, etc., tiene tal vez otro sentido. No quisiéramos referirnos ciertamente al sueño como una apología a la muerte, sino como aquélla regresión que causa placer. En ese afecto que se logra a partir del estado intermedio entre la vigilia y el sueño.

Al estado de placer al que, muy incierto, quiero referirme, no se trata de soñar. Soñar es un plus del sueño; soñar es lo que se pinta en el lienzo de estar dormido, en tal caso serán las pinceladas, puede pintarse el “Almendros en flor” de Van Gogh o “El Grito” de Munch.



Diríamos que la necesidad del sueño, no es por ningún motivo una necesidad biológica, quizás a medias; ésta necesidad, es la necesidad de regresar. Es un regreso a ser niño, a la ingenuidad, a la inocencia y hasta a la indefensión. Se lo podría decir hasta por la posición fetal que uno toma cuando duerme (No sabemos si Freud ya había mencionado esto antes, sin estar muy seguros decimos que sí).

Podríamos estar pensando que este acto de dormir, sin querer escuchar a los ratones roer el techo, sería un síntoma depresivo, de no querer saber nada de nadie, de la realidad, etc. Acompañado de no estar dispuesto a hacer nada, sin embargo, es un estado donde el tiempo y el espacio se pierden, confundiéndose entre ellos mismos. Aquél efecto se torna como una especie de burla entre el pasado y el ahora. Y es en ese momento donde pasamos del placer de dormir por su carácter regresivo, a ser un desafío al tiempo. Se trata de dormir para burlarse de la vida, estando con vida. El cuerpo durmiente no envejece, está en cloroformo, procurando permanecer en el tiempo. Duerme para luego despertar esperando algo nuevo. Se vuelve a nacer.

6 comentarios:

Felicidad dijo...

Si no existieran los artefactos electronicos, como el celular con alarma, un reloj q pite o la tv q se prenda programadamente, en serio yo podria dormir toda la vida y no despertar nunca... alguna vez haciendo la prueba me propuse no poner ninguna alarma y dormi 23 horas seguidas. Mi madre me despertò angustiada, seguramente pensò que habìa muerto.

Anónimo dijo...

y en un sueño gritaba, me undo, me undo... aunque creo que estaba despierto

Anónimo dijo...

Freud, en el caso del hombre de los lobos puso en una parte que soñar es también recordar

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

dormir es un escape de la realidad! en mis dias depresivos era mi única y desada opción, nice blog!

Anónimo dijo...

Quien no ha soñado con la urgente y desesperada ganas de "hacer pis" pero por alguna extraña razón nunca encuentras el baño,hasta que de repende aparece el anhelado "trono" y defogas una placentera experiencia miccional... de un brinco súbito te levanta en un charco cálido con olor a iones de cloro, potasio, sodio y hasta creemos estar en medio de toda la tabla periodica, ¡que bochorno! pensamos.

hastas nuestros reflejos pasan a jugar y amenizar en nuestro delitoso sueños que nos pueden llevar a una mala jugada!!!

n.s