“Moralizar, ¿No sería… una cosa
inmoral?”
Friedrich Nietzsche
No se puede negar el cambio de
época, ni tampoco la proliferación de producciones que corresponden a material
del psicoanálisis lacaniano. Son numerosas
las colaboraciones, muchos los analistas – y analistas hay de todas las clases
y escuelas-, que como hormiguitas suben sus elaboraciones a la web, a los
blogs; es inagotable, es interminable la producción. Y, ¿Qué camino tomar? ¿Qué
es más importante leer? Seguramente
muchas de las publicaciones no restarán de valor y habrá otras que sí habría
que leer. Lo importante es que se puede dar cuenta de algo: la web alimenta la
ligereza del analista –ligereza narcisística- y la
dispersión del psicoanálisis, además de la desacreditación de este. Porque de cierta medida todo pierde vigencia
a causa del monstruo voraz de la tecnología, más ahora con el internet.
El psicoanalista hoy ¿Cómo se
propone? Si el psicoanálisis se levanta sobre la plataforma del estructuralismo,
y lo que concierne a la máquina, al internet y nuevas tecnologías, es de un
orden semiótico que escapa a los axiomas lingüísticos, siendo irresponsable no
pensar que esto que se disgrega del campo del significante, es un (o varios)
componente de subjetivación o resubjetivación del sujeto, y frente a ello ¿La escucha del analista es
la misma?
La informática, la plataforma
2.0, es inaudible, ininteligible; son matemas, son nudos, es Lacan. Lacan de la misma manera es inaudible,
ininteligible, es un matema y es un nudo para los mismos analistas, quienes son
los que sostienen al psicoanálisis lacaniano, a través de la escuela, de los
carteles y a fin de cuentas, para lo que el psicoanálisis fue
inventado/descubierto: la práctica clínica, es decir, crear condiciones para el
apalabramiento, donde se juega la relación entre el sujeto con el goce. Y es en torno a esta banda moebiana que gira
la presente discusión: la re-construcción del analista. El analista, ¿persona? ¿profesional?
¿padre/madre? El analista que se equivoca, el psicoanalista que no lo es o que
ha dejado de ser.
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