jueves, 7 de agosto de 2008

Que el diablo se lleve la moral

¿Qué hace el arte? ¿Cuál es su funcionalidad?. Cómo veíamos en Heidegger, el arte debe permanecer como es, es en su obra y su obra, en una cosa, su esencia.
Nietzsche nos trae en cambio “L´art pour l´art” * (el arte por el arte). La lucha contra la finalidad en el arte es siempre una lucha contra la tendencia moralizante en el arte, es decir, luchar contra su inclinación por subordinarse a lo moral, o quizás a la norma; moral o norma impuesta por el mercado. A este dispositivo llamado mercado, no le conviene la existencia del arte en el hombre.

El arte por el arte y punto final. El arte por el arte y que el diablo se lleve la moral, como dice Nietzsche, y es justamente en aquello donde el mercado se asienta para convocar a los prejuicios frente al arte.

El arte rompe con el discurso capitalista y comercial. Diremos el arte por el arte. Pero con esto no decimos que no será susceptible a dejarse seducir por el mercado, en tal caso se corromperá.

El arte, no perfeccionará la naturaleza, no mejorará al hombre, no indicará formas de prevención salubres, no dará lecciones de moral. Si en alguna ocasión el arte tenga cierta forma de finalidad, parecida a las ya nombradas, es mejor que no haya arte.
Si el arte llegase a tener una finalidad moral, es preferible que se lo mate. En este caso evocamos a Nietsche al decir: “así habla la mera pasión”.

Un psicólogo pregunta en cambio: ¿Qué es lo que todo arte hace? ¿No alaba? ¿No glorifica? ¿No selecciona? ¿No pone en relieve? Con todo eso fortalece o debilita ciertas valoraciones.

Se puede suponer, que en lo actual, al arte se lo quiere ubicar a la par con la ciencia.
Más precisamente con el siguiente ejemplo se explica: el cuerpo es arte, pero con la ciencia, gozo al cuerpo; la ciencia me proporciona objetos que me permiten gozar.
Detrás de la multifuncionalidad que pueda tener la ciencia, sumerge al sujeto, junto con su cuerpo en la decadencia. En un círculo vicioso maléfico, que destruye al sujeto.

El arte es una cuestión de existencia, a elegir por el sujeto, la ciencia junto con el mercado, la tecnología, son el imperativo de hoy.

Este imperativo de gozar a partir de lo que la ciencia nos da, elimina de plano, lo que es para el sujeto, el otro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

el humano esta tan enfermo de moral. debilitado, vicioso, esclavo. la moral es la gran causa de la decadencia del hombre, este hombre castrado.
hay que matar todas las pasiones, dice la moral. O como en el Sermón de la Montaña del Nuevo Testamento: "si tu ojo te escandaliza, arráncatelo": destruir las pasiones para evitar la estupidez y sus consecuencias. es la espiritualización de la pasión, de Nietzsche.
de lo apolíneo se escucha, que la cura para la inmoralidad es la castración, y que el exceso de fuerza, el vigor, la voluntad de vida, la celebración orgiástica, lo enfermizo. irrisorio.