sábado, 15 de noviembre de 2008

El Ser Humano Inservible.

No sería tan impertinente preguntarse en estos días si es que cualquiera de nosotros podría vivir apartado de algún aparato tecnológico (los llamados gadgets); casi para algunos aquélla interrogante es casi inaceptable, poco más inadmisible al pensamiento.

Mucho más allá del tradicional romanticismo de que estos instrumentos electrónicos sirven para trabajar, con mayor razón, para facilitar el trabajo, que del Internet se aprende tanto, que las distancias se han acortado, que las fotos, la música, etc. Es muy creíble y tomándolo en cierto sentido ésta es la verdadera evolución del hombre.

Haré dos referencias para encauzar el presente escrito, una vez más me ayudaré del tan útil texto de Engels, “El papel del trabajo en la transformación del mono al hombre” que me ha servido para criticarlo, y una de las películas de Kubrick, “Odisea 2001”.

Analicemos un poco la evolución a partir del papel del trabajo y según Engels. Desde este vector, el trabajo no podría ser ejecutado sin la utilización de la herramienta. El trabajo ha determinado la evolución del hombre (no se profundizará en otras categorías en este sentido para no ser tan lineales), por lo tanto la herramienta ha determinado la evolución del hombre. La herramienta ha significado a lo largo de la historia “Poder”, jerarquía, quien poseía la herramienta era el caudillo del grupo. Ésta operatividad del manejo de la herramienta, la adecuación de la mano a la herramienta y la modificación de ésta, que sólo el hombre ha podido realizar, se denominará, “manual concreta”.

Ahora recordemos la película de Kubrick, ésta iniciaba en África hace unos cuatro millones de años, paseando por los laberintos de la tierra árida del continente, nos encontraríamos con unos seres harto similares a los monos, bastante torpes, cobardes por su instinto animal, pero así, curiosos (características que nos han quedado casi como un legado), y comunicándose con sonidos guturales, zoosignos, etc.

Uno de estos homínidos descubre un instrumento para pegar, destrozar, matar, es para él, una herramienta, un hueso de tapir, el último objeto de la tecnología en aquél entonces. Éste sujeto que la poseía (se le llamará sujeto a partir del descubrimiento de la herramienta según estos postulados de la evolución, en cuanto el papel importante de la herramienta para que el mono fuera al fin hombre, entonces se deduce que el mono empezó por ser hombre en el momento que encuentra la herramienta), era el jefe, el que estaba al mando, y los demás sus seguidores, identificados con éste sujeto y con su poder, todos quería tener una herramienta, éste nuevo aparatito tecnológico que servía para abrir cráneos o matar enemigos.

Hoy en día es casi lo mismo, la herramienta ha ganado tanta plusvalía, que no ha sido mala idea comercializarla. Los que posean un celular último modelo, la computadora de bolsillo, o los que pasen más tiempo en el Internet, en este sentido, no fuera muy ambicioso pensar que serían como una especie de líderes, así como el mono-sujeto de hace cuatro millones de años que encontró el hueso. Por supuesto que pronto todos tendrán su huesito, sería cada vez más fácil de conseguirlo.

El huesito empezaría por ser poco útil en el momento que encuentren la piedra cortante (el nuevo instrumento tecnológico). Sólo la tendría el primero en descubrirla, para ese entonces todos ya tendrían su huesito. ¿Qué se podría decir? Era el mercado de hace millones de años, ahora, después de tanto tiempo, las cosas no han cambiado mucho. Se comprueba en la vida cotidiana.

Regresando a “Odisea en el espacio”, recordemos que la película se desenvuelve en tres capítulos, por llamarlos de algún modo. Luego de ver un poco la vida de los simios- humanos, existe un salto cronológico al año 2001, algunas naves volando por ahí, para enfatizar el futuro y el espacio. Pero en la secuencia de la película se demuestra que el hombre ha perdido el control total de la herramienta, y el inicio del fin de su evolución.

Hall 9000, la máquina con conciencia propia, es llevada con una tripulación de científicos a una misión importante a Júpiter. Pues bien, aunque no veríamos con los ojos de la herramienta inteligente, se observa a un ser humano inútil, con fallas, que no domina la gravedad, tonto, que tiene que dormir, comer, efectuar necesidades desagradables, que se equivoca, imperfecto; la máquina, que en realidad es una herramienta, es la tecnología, de las últimas, casi en el último momento evolutivo del hombre (porque al hombre se le atribuye su evolución según el trabajo y la herramienta), se da cuenta que el hombre ya no le sirve. Ésta, lo empieza a medir, observa cuán útil le puede ser esta especie de ser vivo, y se da cuenta que no le sería nada útil, que existen muchas posibilidades que la misión a Júpiter fallaría a causa de algunas de las negligencias de este ser muy parecido a los monos, bastante torpe, cobarde por su instinto animal y algo curioso (características que nos han quedado casi como un legado). Hall 9000 tomará la decisión de eliminarlos. Esto entre otras cosas curiosas suceden en esta secuencia cinematográfica.

El hombre en su idea de evolución a partir de la herramienta, dejó de ser sujeto, se convirtió en el mismo simio que era antes de descubrir el hueso de tapir. La máquina, la herramienta, la tecnología, el hueso, lo reemplazó. Habría que estudiar más a profundidad entonces el momento evolutivo del hombre a partir del trabajo y su herramienta y los momentos venideros, para confirmar la veracidad de la herramienta en la evolución del hombre, o ¿acaso la evolución del hombre significaría el ocaso del hombre mismo?

“El hombre por más hombre que sea, seguirá por ser un animal”, especialmente sin su herramienta o su celular.

domingo, 5 de octubre de 2008

La Universidad, vía deformadora y desinformadora


Iván Sandoval, psicoanalista y académico quiteño, publicó el 30 de septiembre del 2008 en EL UNIVERSO, un artículo titulado: Posgradomanía. En esta publicación se revelaba la deficiencia educativa en el Ecuador, y se tomaba como ejemplo flagrante la especialización de la educación superior, el posgrado.

Sandoval califica al posgrado como un confirmador deficitario del escueto profesionalismo ecuatoriano, es decir, así como se dice que en la secundaria se llenarán los vacíos que se perpetuaron en la primaria, el posgrado lo será de la universidad. Este argumento concuerda ahora, primero: que para cualquier tipo de oficio, debe existir un certificado, y éste es entregado por el alma máter; segundo: si es que no se tiene la certificación que otorga el nombramiento de perito en aquélla profesión, no se podría trabajar, uno moriría de hambre. Entonces nos encontramos frente a un mercado profesional y un mercado de profesiones, la educación, y su mediador, el dinero.

Ser profesional de tercer nivel no es suficiente, hay que comprar el posgrado.

Las universidades y su enseñanza mediocre sólo tienen una meta, que compren el posgrado. Los posgrados se venden. Sin embargo también, esto podría estar cruzando por una ingenuidad administrativa, burocrática, docencial, universitaria.

El profesor universitario no estaría interesado por ningún motivo que su estudiante aprenda algo. Su interés está en establecerse seguidamente como figura de autoridad, poder y saber. Los borreguitos tienen que cumplir lo que dice el profesor, tienen que rendir pruebas sobre el conocimiento recibido por el “maestro”, no hay opinión distinta, no hay espacio para nada nuevo, hay que someterse a los barbarismos que dicta el profesor.
Un profesor se mostrará como amo del saber, enseñará lo que a gracia le plazca. El saber del profesor no consiste de manera alguna en establecer una práctica de enseñanza, sino una figura de poder. Éste es sin más reparo, la imagen que se celebra en un aula de universidad, un profesor que lo sabe todo, que es dueño de la verdad, que se enfrenta a un alumno que no sabe nada. La enseñanza se convierte en un verdadero drama, que persigue un ejercicio de poder. Ionesco dramaturgo y escritor francés, en una de sus mejores obras, La Lección, relata la historia de una estudiante, en cómo el afán de aprender se transforma (por obra del profesor) en disgusto. Antes ella inteligente, se volvió estúpida y afásica. Se observa esta escena, mientras que por parte del profesor se manifiesta un odio sádico disimulado por la idealización de la estudiante, en la que es preciso, dirá el profesor, matar la acumulación de ignorancia. Se observa aquí (si no me cree verifíquelo en lo cotidiano) cómo puede pervertirse una relación educadora, y si se quiere, de formación.

El día siguiente a la publicación de Iván Sandoval, en el mismo diario se publica un anuncio de un posgrado: el de Psicología Organizacional, dictado por la facultad de “ciencias” psicológicas de la universidad de Guayaquil, y dentro de sus módulos constan dos programas que coincidencialmente concuerdan con dos de las materias que rigen en la carrera del mismo nombre del posgrado. Este posgrado tiene un valor de $4,300, y claro, la idea se vende como una inversión que harán los estudiantes.

A propósito de la carrera de Psicología, ya pronto no habrán graduados de psicología clínica, organizacional, ni educativa o rehabilitación, ahora, la carrera de psicología será un propedéutico llamado: Psicología Generalista, una carrera que tiene duración de cuatro años, y si usted quiere la especialización, tendrá que seguir el posgrado, que obviamente, ahí se vende.

A todo esto queda decir que, lamentablemente vivimos en un mercado, donde todo se mueve por su valor de uso y de cambio. Los seres humanos somos mercancías emitidas por la universidad, allá a ese gran vacío llamado sociedad. Y si no nos sometemos al mercado, no quedará más que, el saber.

martes, 12 de agosto de 2008

Salud y Psicología

¿Acaso la “Salud” le ha preguntado a la “Psicología” si puede asistir a las grandes demandas comunitarias según todas las disposiciones jurídicas e institucionales que han surgido a partir de las mismas comunidades científicas y comunidades que pertenecen a los dispositivos de la salud?
Nace a través del binomio ciencia-salud, considerando a la psicología como ciencia. Las interrogantes pertinentes a plantearse están en base a ¿Bajo qué marco teórico trabajaría la psicología dentro del dispositivo “Salud”?
La única manera de otorgar a la psicología la categoría de ciencia es bajo un marco materialista.
La ciencia (dispositivo de poder) quiere utilizar a la psicología para su área de salud, después, quién sabe. Si no respondemos a esa demanda, la psicología estará descartada, aún más.
El psicólogo debe estar apartado de estas tentaciones. No debe “pecar”, traduciéndose esto como, que no se debe burocratizar. Estas intenciones de dar la psicología a la comunidad, se limitan netamente a fines políticos o “para elevar el prestigio del psicólogo”, como dice en un libro de psicología marxista.
Nunca ha habido intereses altruistas; frecuentemente existen intereses personales. ¿Cuántos psicólogos trabajan en su comunidad? Apuesto que la respuesta es ninguno, ni siquiera conocen bien su comunidad, para empezar. Pertenecer al área de la salud es ser un burócrata bien pagado.
La Psicología en ninguna instancia debería considerar tener ideología propia, peor aún, el psicólogo. Aquella Psicología que posea cierta tendencia ideológica, yerra de mal intencionada.
Responder a las demandas sociales, acuden a un pensamiento socialista, y no se puede tener intenciones de efectuar técnicas propias de un régimen socialista en uno que no tiene la más mínima intención de serlo, como aquí en Ecuador.
La ciencia, en este caso, la salud, en su detrimento la salud en psicología: intenta predecir, como siempre lo ha intentado hacer.
Acudiendo a una fuente de la génesis misma de la ciencia material y del pensamiento socialista, quisiera traer a propósito algo interesante de: “El papel del trabajo en la transformación del mono al hombre”, de F. Engels. Menciona las diferencias entre el hombre y el animal. La única diferencia, para Engels, es la voluntad. El animal no tiene voluntad, actúa por mero instinto, y esta voluntad que posee el hombre lo convierte en dominador de toda la naturaleza. Aunque Engels denota lo contrario: nadie ha dominado mejor la naturaleza que el mismo animal, se sigue con la idea del hombre sobre el animal. El hombre, por más hombre, nunca ha podido dominar la naturaleza, no supo las consecuencias de la siembre de tubérculos en Europa, no supo las complicaciones de la deforestación, esto por citar ejemplos muy generales. Aquí quisiera ser puntual: no se puede predecir. Intentar predecir fenómenos psicológicos, peor.
La salud actúa con la prevención y predicción de eventos, ¿Por estadísticas? ¿Epidemiología? ¡Por favor!
¿Cómo la Psicología va a hacer prevención? ¿Cómo va a acudir a la demanda social? Cómo, si no es de la mano del binomio Ciencia-Salud, que de psicología sabe poco, por no decir nada. “Vengan Psicólogos, hagan este trabajito” ¿La prevención?
La prevención nada tiene que hacer en lo psicológico. Prevenimos la viruela, el sarampión, el dengue, pero cómo se puede prevenir un suicidio a partir de una gran pérdida económica que surgió de la nada.
¿Cómo se previenen las situaciones donde no impera el raciocinio, la conciencia, la reflexión? La Psicología difícilmente en aras de la prevención, no tiene cabida. Es como tratar de parchar un neumático que parece colador las veces que sean para que se lo pueda inflar. El parche es la psicología y nuestra sociedad el neumático. En este caso, más caro saldría prevenir que la misma intervención, digo esto porque la prevención también tiene como intenciones principales EL AHORRO, en otras palabras, para que esta cuestión de la salud no cueste tanto. Más que el romanticismo de que la salud es un derecho, bla, bla, bla.
Como si la Psicología acabará con los problemas socio-económicos y políticos. Si no, ¿quiénes gozan de salud integral en su mayoría? A los que no les falta plata, mejor ejemplo: los mismos que hacen prevención.
Los que optan por una Psicología comunitaria, no saben de psicología.

jueves, 7 de agosto de 2008

Prácticas Ingratas de una Universidad estatal

La Universidad Estatal (del Estado), posee como todos sabemos un subsidio que permite a bachilleres pensar en un título profesional, exceptuándolos de pagar un gran porcentaje en pensiones o matrículas. En realidad todas las universidades reciben del estado un gravamen para la educación, pero es en la Universidad de Guayaquil donde asistimos estudiantes, jóvenes, adultos y adultos mayores, de clase económicamente media y baja, que trabajamos para vivir mientras estudiamos (la mayor parte). Pero qué pasa si, los que estudiamos en el área de la salud (que es un bien público, servicio público, etc.), debemos completar prácticas profesionales en nuestros últimos años, eso significa, trabajar sin remuneración. Explico: en mi caso, estudiante de 5to. año de Psicología Clínica de la Universidad de Guayaquil, junto a mis compañeros tenemos que cumplir, ya desde cuarto año, prácticas en centros de salud, dirigidas por el Ministerio de Salud Pública del Ecuador. Primero.- Existe una política que dice más o menos así: Si uno vive en el norte, tiene que cumplir las prácticas en el sur (cuando nos designan sur o norte, nos referimos a lugares muy remotos). Segundo.- no se nos considera ningún tipo de viáticos (en todo lugar, empresa o institución, hay aunque sea para el transporte). Tercero.- es porque los estudiantes de psicología clínica trabajan gratis, que los psicólogos no tienen trabajo. Cuarto.- es porque los estudiantes de psicología clínica trabajan gratis, que los centros y fundaciones se lucran. Quinto.- es un servicio que se ofrece y debe ser reconocido por el Ministerio de Salud Pública (MSP), aparte que tenemos que presentar informes estadísticos semanales que contribuyen a los estudios epidemiológicos que realiza el MSP, cosa que a ellos no les cuesta ni un solo centavo, porque nosotros aquél trabajo, se lo hacemos sin costo alguno. Se nos hace pasar como psicólogos que aún no somos, y se cobra por ello, no son más que dos formas de ilegalidad. Quedaría por preguntarse también ¿quién se responsabiliza por la negligencia psicológica?
No se nos considera si laboramos o no, ni horarios o lugares de práctica de nuestra elección. Alguna organización gubernamental tiene que controlar esta situación que a nosotros los estudiantes de psicología se nos escapa de las manos por algunos motivos que no son pertinentes nombrarlos, tanto así que esta situación nunca ha sido denunciada.
Quisiera saber si existen partidas presupuestarias para el área de salud, para psicología específicamente, ya que a los estudiantes de medicina sí se les entregan sus honorarios por prácticas, y si es que no existen, el gobierno tiene que empezar a invertir en Salud, a sabiendas de lo que exige la OMS (Organización Mundial de la Salud), respecto a la Psicología.
Si no nos consideran económicamente, sería factible que sean poco más flexibles en cuanto a horarios y lugares de prácticas, porque aparte del trabajo, prácticas, hay que asistir en la noche a clases. Es una carrera con dinero y tiempo en contra que tenemos que correr, desgraciadamente para acudir a la demanda del mercado.

Mayo del 68: “La voz de los jóvenes”

Siempre me he preguntado: ¿Qué es lo que ha cambiado desde aquél mayo en Francia? Lo formulo, no solamente haciendo referencia al Viejo Continente, sino a todo el mundo. Concerniente al Ecuador, puedo advertir que llegaron algunos murmullos de la revuelta y que ahora se confunden en los sectores regenerados con el claxon de los carros y con un spot que dice: “La Patria es de todos”. No me atrevo a preguntarle a nadie sobre Mayo del 68, estimo que no me sepan responder.
El mercado, los lujos, el consumo, etc., son artimañas que nos obligan a enterrar gestas como las que les menciono.
No creo que fuera pertinente describirles a manera de calendario lo que sucedió, empero, realzo el maravilloso brío que acompañó a los jóvenes franceses en la revuelta de hace 40 años. Los estudiantes franceses, enardecidos frente a un tradicional sistema de la vieja izquierda, ortodoxa, paternalista (maestros de universidad y políticos), se hicieron escuchar en los primeros días del mes de mayo de 1968 mediante una huelga, que en su comienzo parecían cosas de chicuelos, pero por su persistencia agitada, llegó a congregar a los líderes sindicales seguidos de obreros y a algunos maestros, que por las calles en son de batalla coreaban: "alto a la represión, libertad, democracia, viva la unión de obreros y estudiantes"; explosión espontánea de protestas que posterior al clímax, llegó a ser amenazante para la economía francesa. Todo aquél que escuchaba el cántico de los estudiantes parisinos, se integraba; es increíble que un movimiento estudiantil pueda crear una inmensa huelga obrera. Indudablemente se convirtió en una contienda entre los manifestantes y la policía.
Al parecer el gobierno y los partidos políticos tradicionalistas, incluido el Partido Comunista Francés (PCF), no se imaginaron a la magnitud que podía llegar este azote, ni si quiera comprendían cual era el raigambre del origen de la huelga. Firmaron algunos decretos y luego prohibieron cualquier tipo de manifestación. Ya para junio, todo había vuelto a la normalidad. No se pudo derrumbar la sima comunista, no hubo la desestructuración radical del viejo orden de izquierda que ameritaba la época, así que podría considerarse a la revolución de mayo un fracaso total, sin embargo, los cambios culturales, ideológicos y sexuales, producto de las marchas multitudinarias, tuvieron repercusión globalmente.
“Allí donde reinaba el bienestar, también había una insatisfacción profunda”, pensamiento que Edgar Morin muy acertadamente trae a colación y que en secuencia lineal tendremos como resultado grupos humanos aspirando bañarse de libertad. Pero si no hay mucho que pensar, siempre habrán este tipo de acciones en masa; es una sublimación colectiva frente a un poder neurotizante y represivo.
¿Y ahora qué? No sé si es con la inercia o el cinismo que vivimos los jóvenes de la actualidad. La posmodernidad golpea fuertemente a la juventud y crea cínicos; voy por los pasillos, calles y escucho hablar de celulares, fiestas y desfiles de modas, mas nada más, el inter-esse que conocemos, ha desaparecido. Los grandes cambios, la oposición a los tradicionalismos, hacer respetar los deberes y los derechos, está en las manos de los jóvenes.

Conozcamos las TEI (Tercerizadoras Ecuatorianas Internacionales)

Tuve la fortuna de participar en un programa laboral, puesto que soy uno de esos muchos jóvenes desempleados del país y lo peor ya casi con una profesión y en busca de una segunda, el cual me preparaba para un trabajo asignado, ya un puesto seguro. Aquél programa de preparación, era el de las llamadas “capacitaciones”, las que nos desproveen de nuestras “discapacidades” autoras de cualquier error que podamos cometer en el puesto de trabajo. Motivo de sorpresa, fue darme cuenta que la empresa era una tercerizadora internacional, como muchos sabrán la mano de obra acá es más barata. Pongamos un ejemplo, que tal los conocidos call-center: un restaurante de algún país anglosajón pide a domicilio su comida, quienes les contestan son indoneses, neos zelandeses y yo conozco el caso de las tercerizadoras ecuatorianas internacionales, de dicho modo somos también nosotros quienes contestamos, se toma el pedido, y es enviado vía e-mail al restaurante para que sea despachado, somos también mercancía barata, para eso nos sirve el Inglés. Pero donde yo aspiraba trabajar, antes de indignarme tanto, era una empresa que recluta gente para trabajar con una compañía europea. No basta con explotar a nuestros compatriotas en el exterior, sino que también nos explotan desde allá en nuestro propio país, con el sueldo básico de Ecuador, claro, sale mucho más rentable que pagar un sueldo básico europeo que bordea los 800 Euros, todo se lo debemos a nuestras TEI. Estas instituciones son cuerpos privados y legalmente autorizados, pero merecen inspección urgente por parte de los organismos que amparan al trabajador para que seamos justamente remunerados. Lo mágico del asunto, es que este servicio del que gozan los europeos pasa desapercibido por ellos, creen que aquél servicio es casi fantástico, una maquinita inteligente llamada “cerebrito” que realiza el trabajo (es prudente guardar reserva sobre qué trabajo se trata, pero tiene que ver con teléfonos), y no saben que somos unos cuantos ecuatorianos más que todavía no disfrutamos de aquella libertad, de aquella independencia, que algún día, dicen por ahí, fue ganada en una batalla y que nos libró de unos cuantos europeos. Una de las políticas de la empresa, es que no se aceptan “insubordinaciones”, término que no escuchaba la misma cantidad de tiempo que no había escuchado el término de “esclavitud”. Es una empresa propia de la dictadura capitalista que estamos viviendo aquí en el país y especialmente en Guayaquil, de la cual, nosotros los guayaquileños no queremos salir. Es increíble la seriedad con que aquellas empresas nos enseñan, a nosotros los engañados, a ser esclavos. Somos los esclavos del siglo XXI. Siento que he delatado a una institución que quiso abrirme las puertas, para explotarme claro está, pero de ninguna manera me callaría que aquí en nuestro país, seguimos siendo explotados y lo peor, desde satélite. Trabajar no significa ser explotado.

Las palabras y los hombres

las palabras son un vaivén en la marea, a veces un baile, a veces un bluess entonado por los mejores músicos negros en un antro de Brooklin.
Las palabras son una danza de aves sobre el trigo en el campo, quienes lloran a la locura.
Las palabras matan, las palabras yerran.
Ciertas ocasiones las palabras quieren dar oscuridad al sentido, pero se cruzan la moral y la estupidez.
Hacen perder al amor.

Mientras callas en el campo,
Eres comido por las aves
no puedes hablar,
Estás ahogado en la intranquilidad del mar.
No cantas más.


Sollozar es mirar desde el alma. Es el grito del espíritu.
Se lo escucha mientras duerme el niño en la luna pintada de miel.
Las palabras suelen sollozar en el amanecer,
en la noche no existen, son cuerpos y son manos,
pero siguen sollozando.
-
nunca solas.

….

Hay hombres sin alma,
No miran, no gritan;
Así, no sufren.
Son carne, son huesos sin espectro,
Ellos se beben, mientras se acuesta el sol.
Se disfrazan en perlas,
Se entregan al placer,
Luego vuelven.
Son sus palabras, a veces en llanto.

Velis Nolis

¡Maldita lucha vana!
Dejaste la espada atravesada,
su desnuda piel reclama,
sus ojos besan tus pies,
pero sin piedad matas,
arde, veo como sufre,
todos ignoran, todos callan.
luego muere,
se van y esperan su turno.

Ruedo por su derrota y te encuentro,
Te miro y digo:

¡Tú!
ser que no vivió jamás,
¿esperas la recompensa anhelada?
Del sitio donde la nada es de nadie,
donde frías ortigas comen descalzos pies,
donde todos atisban,
pero no adivinan la impotencia de no ver,
mientras piensas las rocas labrar,
la arena recoger,
la ceguera inca en el camino,
lloras al cansancio, tragas su sed,
caes, te levantas, sigues,
después caes y gritas…

..de nuevo caes

Fin sin comienzo, peldaños sin suelo
concupiscencia en su centro,
sube,
Prohibido regresar a ver,
los dioses gimen por escuchar tu voz quejar,
satisfácelos,
Revuélcate o duerme,
sufre entre espinas,
sin más luchar, la sangre te llevará al encuentro
callas, sangras pero miras…

escucha al suelo…

Mata, desfallece,
Cae y asesina
Conquista al ser no viviente,
Ríe a la melancolía,
¡despierta! Voz inmanente,
Se rompe el día,
no esperes,
Desgarra los cardos,
Calcina las espinas,
Alumbra al silencio,
¡ahora ves!
incandescencia alrededor
Afilado corazón terco terciado,
Camina…
No desapareces más.

Luego, me agradeces.

Mujeres Vitrina

Podemos apreciar a las instituciones como grandes sistemas, en su mayoría de veces que poseen cierto control sobre los sujetos, e incidirán en su desarrollo integral; la religión es una institución, al igual que la milicia, el estado, un colegio o la familia.
La medicina es una institución, aquellos que están enfermos, no están institucionalizados, y habría que curarlos.
Veamos también a una institución como una empresa o como una organización al servicio de la gente, ya sea de salud, en el área educativa, judicial, etc.

Todo sistema es una institución. Cuatro personas en una familia, son una institución, son un sistema.

Una institución es una sociedad de control, aquellos que no se sujetan a las normas del control no estarían institucionalizados, y así por llamarlo de una manera formal, en realidad son infractores y son castigados.

Para Deleuze y Foucault aquellos sujetos no institucionalizados, son sujetos practicando resistencia hacia aquella sociedad de control: son modos de subjetivación, que designa a aquella operación mediante la cual los individuos o las comunidades construyen sus propios estilos de vida al margen de los poderes y saberes establecidos por aquellas instituciones, o sistemas de poder.

Cito: “El pensamiento tiene que apuntar a multiplicar los modos de subjetivación”, es lo que nos dice Foucault, apelando a que suscitan estos procesos, que son los que crean nuevas formas de existencia, y por supuesto, aquello no tiene nada que ver con la vida privada de cada individuo, se trata de una sociedad en sí.

Nosotros vivimos en una institución, vivimos en una sociedad de encierro, en una sociedad de control, por donde quiera que lo queramos ver. Siguiendo la línea de Deleuze y Foucault, las sociedades (sistemas, instituciones), están organizadas según un modelo de encierro surgido en el siglo XVIII y perfeccionado en el siglo XIX, a sociedades diseñadas de acuerdo a un modelo de control que se habría establecido a mediados del XX y que llega hasta hoy. Así analiza Foucault las sociedades organizadas, en virtud a los modelos de encierro.

De esta forma el ejemplo más próximo y algo macro es, Guayaquil. Por donde quiera que se vea la ciudad, es una ciudad de encierro que posee dentro de ella más encierros, me refiero a las famosas regeneraciones que no son más que la privatización de espacios públicos, que conlleva a la privatización de la vida de las personas en general.


¿Cómo actúa una sociedad de poder para ejercer el control?
En dos formas claves, la primera la seducción, y si en caso de que no funcione, la represión, el castigo, etc. Siempre estas figuras están acompañadas de la vigilancia, del acecho, así lo vemos en los ojos del águila. Es una articulación dialéctica entre la represión y la resistencia.

En el caso de la seducción, se regeneran parques de una manera que conforte a la gente, se le pintan las avenidas, se le siembran palmeras, etc., las personas quedaran augustas y el poder seguirá manteniendo el control. Este tipo de seducción corchará cualquier clase de resistencia. En caso contrario vendrá la represión y el castigo.
Esta seducción juega con los individuos, es un marketing, y el marketing es el instrumento del control social y forma la nueva raza impúdica de nuestros dueños.

Un espacio aislado como lo es el Barrio de la Tolerancia, es una forma de manifestar éste marketing, se encuentra totalmente en encierro y vigilado, pero otorgado para cierto público; con aquella regeneración, realizada en éste sito, no habrán quejas ni de los clientes, ni tampoco de los moradores del sector. Es puesto ahí como un centro comercial, donde por lo general las chicas van a ver sus vestidos en exhibición, pero acá los hombres verán mujeres en prácticamente en vitrina, muchas veces comprando aquellos momentos.
Aquello es totalmente negado por sectores de la sociedad, pero para el poder no.
El barrio de la tolerancia está institucionalizado y no, pertenece a la institución pero está fuera de. Se encuentra dentro de la ciudad, pero aislado, entre paredes. Este sitio, semilegalizado, es un as del poder.

Un diagnóstico es de igual manera una forma de control institucional, que obedecerá a la salud, educación, etc., a una gran institución. En este caso se tuvo la oportunidad de realizar el “control” institucional, en éste lugar, uno de los más concurridos por público masculino; en donde se vive todos los días un ambiente de fiesta y todo el año es carnaval, un carnaval de mujeres para los hombres.

Mujeres expertas, otras nóveles, pero todas perspicaces, al saber que el negocio más antiguo de la historia de la humanidad es muy rentable, exhiben sus cuerpos como mercancía, a cambio de un sueldo mayor que el de cualquier ejecutivo. Mujeres, hijas, esposas, madres y amantes, se convierten en amadoras del momento.

La prostitución es una institución y con ella trae sus propias legitimizaciones; el lugar, la casa de citas, es un negocio, pero otorga un servicio, así como el centro de salud cura enfermos, acá se atienden a hombres concupiscentes. Ése negocio es también una institución.

La prostitución es un ejercicio que siempre se ha adaptado al discurso de la época. Ahora se encuentra fluyendo en un discurso posmoderno, en un discurso capitalista.

Que el diablo se lleve la moral

¿Qué hace el arte? ¿Cuál es su funcionalidad?. Cómo veíamos en Heidegger, el arte debe permanecer como es, es en su obra y su obra, en una cosa, su esencia.
Nietzsche nos trae en cambio “L´art pour l´art” * (el arte por el arte). La lucha contra la finalidad en el arte es siempre una lucha contra la tendencia moralizante en el arte, es decir, luchar contra su inclinación por subordinarse a lo moral, o quizás a la norma; moral o norma impuesta por el mercado. A este dispositivo llamado mercado, no le conviene la existencia del arte en el hombre.

El arte por el arte y punto final. El arte por el arte y que el diablo se lleve la moral, como dice Nietzsche, y es justamente en aquello donde el mercado se asienta para convocar a los prejuicios frente al arte.

El arte rompe con el discurso capitalista y comercial. Diremos el arte por el arte. Pero con esto no decimos que no será susceptible a dejarse seducir por el mercado, en tal caso se corromperá.

El arte, no perfeccionará la naturaleza, no mejorará al hombre, no indicará formas de prevención salubres, no dará lecciones de moral. Si en alguna ocasión el arte tenga cierta forma de finalidad, parecida a las ya nombradas, es mejor que no haya arte.
Si el arte llegase a tener una finalidad moral, es preferible que se lo mate. En este caso evocamos a Nietsche al decir: “así habla la mera pasión”.

Un psicólogo pregunta en cambio: ¿Qué es lo que todo arte hace? ¿No alaba? ¿No glorifica? ¿No selecciona? ¿No pone en relieve? Con todo eso fortalece o debilita ciertas valoraciones.

Se puede suponer, que en lo actual, al arte se lo quiere ubicar a la par con la ciencia.
Más precisamente con el siguiente ejemplo se explica: el cuerpo es arte, pero con la ciencia, gozo al cuerpo; la ciencia me proporciona objetos que me permiten gozar.
Detrás de la multifuncionalidad que pueda tener la ciencia, sumerge al sujeto, junto con su cuerpo en la decadencia. En un círculo vicioso maléfico, que destruye al sujeto.

El arte es una cuestión de existencia, a elegir por el sujeto, la ciencia junto con el mercado, la tecnología, son el imperativo de hoy.

Este imperativo de gozar a partir de lo que la ciencia nos da, elimina de plano, lo que es para el sujeto, el otro.

Una masa, es uno solo.

Existe un deseo imperante de ser nombrado por el otro. Aquellos que gozan de los pequeños objetos a suministrados por el marcado formarán parte de un discurso del otro.
Quien no se sienta dentro del grupo vulgar del mundo, es decir de la masa del mercado, es como estar eliminado, parafraseando a Ortega y Gasset (1). Ya no hablamos de un mero grupo indentificatorio, que vendría a ser lo cualificado, sino ya de una masa, lo que precede a los grupos.

A lo que Freud respecta, este fenómeno se da por la asunción de rasgos comunes entre los sujetos que no tendría nada que ver con la satisfacción de los instintos sexuales (2) de cada uno de estos sujetos, sino por un objeto en común, produciendo una identificación. Empero en la identificación que existe una segunda implícita, la relación sexual, pues debería ser así.

En la masa, siguiendo su gran común, los objetos del mercado ¿habrá sujeto o sujetos? O ¿un solo sujeto, la masa?. Aquella relación dialógica entre éstos, borraría al sujeto en todo aspecto y se convertiría en un cuerpo masificado, un ente que estaría bajo control.

Para la masa no existe el Otro. El hombre hecho hombre, el hombre hecho masa. Tal vez podríamos apreciarlos como sujeto-sujeto, sujeto al cuadrado.

Aquella masa que Ortega y Gasset describe siempre como rebelde, sin embargo no es más que un hombre débil y sumiso frente al bío-poder, y de todas maneras, la masa siempre estaría obedeciendo a un Amo, pero diciéndolo muy atrevidamente, la masa obedecería de una manera muy ingenua. “La ignorancia de su pasado y la decisión libre actual”. El no estar dentro del registro de sus pares, el sujeto estaría renunciando al mercado, al otro y estaría parcialmente fuera del control del bío-poder, pero estaría angustiado.

Es muy interesante pensar que la masa auto-organizada, es fielmente organizada por el poder. Pero eso al sujeto posmoderno no le interesa, le interesa gozar y por medio de esto ser gozado.

Cabría recalcar una vez más, que es dentro de la masa en donde se forman los grupos identificatorios, con una base muy común, aquí a lo que nos referimos, al mercado, y aquello permitiría una relación con el otro, pero realmente ya no sería relación, sino unificación.

Skinner a través de Walden Dos

Casi al crepúsculo de la segunda guerra mundial, surge una obra literaria que intenta reducir las complejidades de la sociedad a fundamentos conductuales. Puede ser criticable a partir de sus intenciones (utilizar métodos conductuales para solidificar una sociedad perfecta), mas no puede ser criticable por haber sido escrita en un contexto histórico específico; es preferible que aquéllas no sean solamente las críticas que se le puedan hacer a los postulados teóricos – epistemológicos, sino, ¿sobre qué base epistemológica nos manejaríamos?.
Si fuera de criticar las teorías por su contexto histórico, entonces digamos: “Ya no estamos en las épocas de Aristóteles”, o “Ya no estamos en las épocas de Marx”, o “Ya no estamos en las épocas de Freud”. A un parecer personal, bajo el lente epistemológico de la crítica, caería en lo ridículo. A una manera objetiva, es un reduccionismo, y redundando, mediocre.

Burrhus Skinner, autor de Walden Dos, manifestaba que había fracasado como escritor en la juventud, hecho que motivó al joven novelista a dedicarse a otra cosa. Su vocación desembocó en la psicología. Walden Dos fue el único libro de contenido literario que tuvo acogida, llego a ser best – séller en los setenta.
Probablemente como cuenta el autor en la obra misma, la novela pudo haber tenido tanta acogida para aquélla época por las situaciones que se vivían en el mundo.

Skinner estaba convencido en que podría emplear sus métodos científicos a una pequeña sociedad de mil habitantes, aunque también conocía dónde cedían o flaqueaban sus constructos heredados de Watson. Skinner tenía un enfoque destinado a sujetos individuales, no pensaba que su conductismo era para tendencias grupales.
De acuerdo a las situaciones nuevas, difíciles, sujetas a cambios, que se vivieron en las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta, bien existía la idea de una sociedad manejada a partir del conductismo.


Una sociedad manejada de una forma skinneriana, quiere decir, una sociedad manejada a fin de intereses propios. Se habla en Walden Dos merodeando la idea de cambiar, inducir a la gente a modos de vida por medio del reforzamiento, para que de alguna manera sean felices sin consumir en demasía, de acuerdo a la relación que existe entre el expendio de bienes y la conducta.

En una sociedad pequeña, de mil habitantes, se emplean métodos del conductismo operante, y en ésta idea sí se mencionan las críticas, en cuanto a la aplicación de un método con una estimación de la población tan pequeña que existe en una sociedad.

En el trabajo literario se leen dos cosas: el método inductivo propio de Skinner, y su obstinación por someter todo a experimentación, sin importar si son seres humanos o en alguna época de su vida, a su hija (quien fue sometida a los experimentos de la famosa caja de Skinner); el primero criticable por su categoría no científica y el segundo por deshumanizante.

Skinner considera frecuentemente que la conducta y las acciones de un individuo en comunidad, como un producto de un mundo objetivo y que así, puede llegarse al origen del problema a través de éste: “Solventaríamos muchos de los problemas que nos plantea el crimen y la delincuencia si nos fuera dado modificar el ambiente primero donde vivieron los ofensores”, esto, cuando se referirse a algunas de las situaciones, que bajo su perspectiva, afectan a la sociedad. Aunque las intenciones son claras, Walden Dos es pura fantasía.
Una de las características que describen la formalidad de los postulados de Skinner, es el control. Para Skinner el control, la manipulación de conductas por medio de refuerzos positivos y refuerzos negativos, es lo realmente relevante. Relevante, por el deseo vehemente de hacerlo.
El cambio de comportamiento regido por el control. Todo debe estar bajo una norma, bajo control. El manejo del cambio, dicho cambio que supone beneficia a todos. Eso es Walden Dos. Así opera la ciencia.
El tipo de conductas, a las que Skinner argumenta cambiar, son las que él considera moldeables, y de las cuales se podría suponer que, pueden generar cambios según la manipulación de las variables ambientales. Por eso dentro de una colectividad se desmiente el uso del condicionamiento operante de Skinner, no en todos podrían generarse cambios.


Cuando se habla de control, sabremos que detrás de ello se encuentra algo, un sistema de poder (en términos de Foucault). Existe un sistema burocrático de manejo de conductas que responden a intereses, científicos, políticos o ideológicos: la ciencioburocracia (aunque el Walden Dos se trata de evitar la acción política, según el autor de la novela). Y ése poder, no es más que represión (en términos de Deleuze). Para Foucault, el poder es un ente normalizador y disciplinador.
Siempre que se habla de control, que se habla de manipulación, de colectividad, de la comunidad, y esto refiriéndonos a individuos, podríamos conjeturar que la existencia individual concreta y, en consecuencia, la subjetividad, la libertad individual, quedan anulados. Walden Dos es un mundo de explotación y alienación.

El control, el manejo de un grupo humano, el manejo de las conductas humanas, según cómo podríamos entender a Skinner, en Walden Dos, parten siempre de las necesidades básicas de los seres humanos, es decir, que lo que se necesita para vivir en una comunidad perfecta, a parte de entender las bases de un comportamiento humano, es entender las necesidades más básicas de los seres humanos: comer, dormir, correr, beber, etc.
Entendiendo lo mencionado, se puede estructurar una sociedad a partir de lo básico. Según cómo lo estamos mirando, el autor de la obra no pretende dar a los seres humanos con el planteamiento de esta sociedad utópica una vida básica, sino, una mejor calidad de vida, donde está implicado el ahorro de lo natural y de lo humano.

Observemos las necesidades básicas como causas. Una vez entendido el funcionamiento básico de las personas, comprenderemos su comportamiento. Una vez comprendidas las causas (necesidades básicas), entenderemos los efectos (el comportamiento).
La preocupación de Skinner, a la par con el deseo que alguna vez exista una ciudad como Walden Dos (aunque por ahí ya hay), es que las sociedades no funcionen con estudios psicológicos sobre la sociedad. Lo que se cree que sirve para el manejo de grandes grupos humanos, es la política.

Para Skinner: la psicología y la tecnología, es lo que haría falta en las sociedades para que funcionen mejor.
Veamos: la psicología se piensa en función de lo comportamental, es decir, no sería psicología en ese caso, sería algo así como la etología. Sería poco pertinente limitar aspectos antropológicos, estructurales, lingüísticos, culturales y subjetivos a lo netamente conductual.
En cuanto a la tecnología, Skinner no se ha equivocado del todo, casi nada diría yo, la tecnología ha intentado facilitar la vida de las sociedades.
Estamos asediados de tecnología.

La tecnología va de la mano con la ciencia y junto con el mercado. Se vive en una distracción total. El ser humano no sabe quién es realmente, vive en un sistema de trabajo para la adquisición de bienes, e trabaja para adquirir bienes. Al consumir tanta tecnología, al ser presa del mercantilismo antiético propio de los sistemas de poder para mantener el control en las sociedades, el ser humano deja realmente de ser humano para convertirse en ser-tecno. Podría proponerla como una perspectiva de hombre-máquina, pero no hablo del sistema hombre – máquina de la revolución industrial, sino un hombre máquina perteneciente a ésta época posmoderna, en donde es indispensable tener algo de tecnología para poder pertenecer dentro de una sociedad.
Las maquinarias están ganando terreno en los espacios humanos, desde un simple celular, hasta un brazo biónico. La tecnología sirve para mantener el control, domina, engaña, es seductora y vil, siempre con los incautos.

Skinner, en su obra, propone que la conducta se encuentra reglamentada, sujeta a causas (estímulos, el medio objetivo), y para él, su principal objetivo es mantenerla bajo control, como ejemplo: Walden Dos. Como Skinner plantea controlar la conducta, modificar a sus antojos de sociedad perfecta, o en lo que radica su obra, el condicionamiento operante, las variables que emplea para hacer su psicología son precarias, por otro lado, deja escapar un gran número de variables. Es como realizar un problema de física, pero sin contar la altura, la gravedad, o la velocidad inicial; sabremos, que el resultado del problema siempre estaría incorrecto si dejáramos escapar las variables que no nos conviene utilizar.

El discurso skinnereano, lo cual sería una contradicción decirlo, para los conductistas no hay discurso, en ese caso llamémoslo el discurso de la ciencia, ya que el conductismo es una de las posturas más arraigadas a la ciencia por sus métodos basados en una base newtoniana, se plantea una verdad absoluta. La ciencia siempre tiene una verdad absoluta; llevar a una disciplina como la psicología es hacerla una verdad absoluta. Si no se es conductista no estás en nada, es una posición dogmática y reluce su verdad absoluta. Pero en Walden Dos, ¿dónde se le pregunta al hombre sobre su ser? O si se quiere ¿En qué momento se le deja el espacio para que el hombre se cuestione sobre su ser?
Tal vez se lo pueda tomar a partir de la ontología fundamental heideggeriana, ver al ser humano como sujeto, no como mero objeto de estudio.

No hay que creer en un “deber ser” del hombre. Ése sería el problema fundamental de acudir a la colectividad, se pierde la individualidad. Para Skinner, el control, el cambio de conductas para ajustarse a un deber ser es lo primordial es sus postulados, que resuenan en Walden Dos.

La discrepancia que existe de acoplar a los seres humanos al control, a la normalidad de un Walden Dos por ejemplo, es la historia de mil sujetos queriendo ser perfectamente acorde a la norma, algo que es realmente imposible pues si el individuo es un plegamiento del afuera, comporta todos los elementos del afuera acordes o no a la norma.


En algún momento de la lectura de Walden Dos, se empieza a sentir el olor del régimen de control que Skinner plantea a partir de la conversación de sus personajes sobre la pequeña ciudad.
La larga conversación entre Franzier y el catedrático Burris, sobre Walden Dos, a simple vista sugeriría lo insignificante que podría llegar a ser la economía y la política para la ciudad y para los ciudadanos, sin embargo en Walden Dos se percibe en el ambiente el peso de un régimen totalitarista. Con esto se trata de expresar que de todas maneras existen la política y la economía en Walden Dos. La máxima utopía que se quiere implantar por medio del pensamiento de Skinner, es que no hay economía ni política; de hecho, sí las hay, pero es una economía y una política que ellos mismos eligen y escogen, de manera arbitraria y autocrática, cuando hablamos de ellos nos referimos a los Administradores que menciona el personaje de Skinner en Walden Dos.

La libertad de los ciudadanos se encuentra restringida. El grupo de Gobierno de la ciudad, refiriéndonos a los Administradores, es el que ejerce el poder, o en este caso los mandatos y algunas de las políticas de la pequeña ciudad en detrimento de la negación de existir un régimen político y económico en Walden Dos.

Estos Administradores son los únicos gobernantes y manifiestan su poder en calidad de jerarcas. Las situaciones de control que se dan en Walden Dos, no son meras coincidencias, son parte del régimen totalitarista que en sí, es el delineamiento de la política de la ciudad, que a la larga, cualquier estrategia socialista, tarde o temprano, desembocará en un régimen totalitarista. Es el pensamiento de Skinner, “la idea de una ciudad perfecta, de hombres nuevos y perfectos”, no muy lejos está el pensamiento de la izquierda radical, o de la izquierda tradicional. Se hace el planteamiento: ¿La perfección, bajo qué condiciones?

“Los ciudadanos no votan, quien busca y consigue un puesto de Administrador es un individuo excepcional. Debe poseer gran habilidad y un interés real por el bienestar de la comunidad. El consejo se elige por los mismos Administradores”.

La pretensión de utilizar la avanzada tecnología, de brindar salud, educación, son estrategias propias del régimen, justificadas con el uso de conceptos psicológicos, en este caso, conceptos del conductismo. Son maneras de venderse, o de decir: “miren, las cosas así van bien”. No conviene hablar de la política, ni de la economía, conviene hablar sobre otras cosas, menos de las ya mencionadas, de aquello se encarga un grupo en específico.
Esta forma de gobierno no establece jerarquías. Es un solo grupo que maneja la comunidad. El ideal de la democracia queda sepultado por la ley de mando de los llamados Administradores.
Esta creación de la nueva ciudad, de la ciudad perfecta, que funciona “sin política y sin la economía”, es la fundadora de los nuevos hombres. Este concepto de los nuevos hombres, o de los hombres perfectos, que viven en una ciudad maravillosa, perfecta, manejada por el conductismo operante, daría la impresión, aunque se niega en el libro, que pudieran existir indicios de segregación. En efecto las hay, el simple motivo de una ciudad completamente alejada de cualquier otra, y que aquellos que llegasen a la ciudad, sólo estarían ahí en calidad de visitantes, que de igual modo tendrán que trabajar para comer (trabajar en quién sabe qué, a lo mejor limpiando ventanas).

En este sentido, en cómo se narran las características de la ciudad, la manera en que Frazier describe su ciudad, su pequeña patria o país, daría la impresión que tiene una vertiente nacionalista, sumado el intento de presentar nuevos hombres por parte de Skinner, adquieren mucha relación con la invención del superhombre del que Nietzsche hablaba y que fueron las sólidas argumentaciones que sustentaron el movimiento nacista. Se basan en supuestos étnicos y racistas. Habría que “contracondicionar” a los que estarían fuera del sistema de Walden Dos, y a los que no se los puede “contracondicionar”, según lo planteado, quizás habría que desterrarlos a tierras lejanas, o en el peor de los casos, matarlos colectivamente. Cabría decir que dentro de Walden Dos, todos son vistos bajo una misma mirada. Todos con iguales bajo esa mirada.

En algún momento de la obra literaria de Skinner, se menciona que se ha triunfado frente a lo natural. El ser humano se encuentra por encima de lo natural, es decir, no existen derechos naturales en las personas, por el sólo hecho de ser personas, y también se podría acotar que se niega la existencia de la dignidad en la persona humana de manera natural. Cualquier forma de naturalidad en Walden Dos, son otorgados a manera de tecnología, educación, salud, etc.

Entonces, nos encontramos frente a un sesgo de poder, que se centra en un grupo muy reducido de gentes, los Administradores, quienes supuestamente son los más aptos para ejercer el puesto y quienes se eligen entre ellos. Estas acciones se justifican con el buen funcionamiento de la ciudad, con la poca carga horaria de los trabajos, con los trabajos que les son asignados a los ciudadanos de manera hegemónica y con la entrega de alimentación, salud, tecnología, educación, etc., quien opinare distinto al régimen que e vive en Walden Dos será remodelado y adoctrinado en cuanto a sus mentalidades culturales.

En Walden Dos, o en un régimen como el que se maneja en Walden Dos, no se aceptarían la aglomeración de grupos humanos. No se permiten esos modos de relaciones humanas, muy probablemente son restricciones con fines políticos, pues una cierta cantidad de poder se puede ejercer a través de grandes grupos humanos. Pero, ¿qué pasa si la población es pequeña, y unos cuantos no conforman un gran porcentaje?
Cito:
“Las muchedumbres son desagradables e insanas. Son innecesarias para las formas más valiosas de relaciones personales y sociales, y son peligrosas. La masa corre hacia donde los individuos temen pisar, y los Führers se engañan a sí mismos al creer en el apoyo que se les brinda”.
¿En qué sentido serían peligrosas nos cuestionamos? De seguro que en el sentido de que harían la oposición en un régimen como el de Walden Dos. Claro esto sucede porque las masas pueden ser influidas por incoherencias, por argumentos no lógicos, por promesas, por sonrisas, por tecnología, por educación, etc. Esta pequeña población de Walden Dos, se ve seducida por todo lo que ofrece Walden Dos, viven distraídos del verdadero trasfondo del asunto, que sí, podríamos referirnos a una situación política meramente.


Si queremos resumir Walden Dos, en pocas palabras, diríamos: la vida a lo lejos, ésto, siguiendo la obra de Henry Thoreau, y representado en la obra esta literaria donde retumban los pensamientos de Skinner.
Según, es un segundo Walden, por eso el nombre de Walden Dos, tomado como una clase de continuación de las memorias de la vida de Thoreau en un bosque.
Sin embargo Thoreau era un filósofo anarquista y mentor de las prácticas de desobediencia civil. Viéndolo de esta manera es inapropiado escribir una novela con el nombre de “Walden” propio de Thoreau y más aún como una continuación o una segunda parte ¿para representar qué?, solamente la vida a lo lejos, pero para mantener el control de la población. Walden Dos se caracteriza por el control de los ciudadanos, opuesto totalmente a lo que propone Thoreau.

El autor de Walden, se negó a pagar impuestos debido a la esclavitud que existía en los Estados Unidos a mediados del siglo XIX y por aquello fue condenado a prisión por un tiempo, suceso que lo motivó a escribir el tratado de Desobediencia Civil donde se declara que el gobierno no debe tener más poder que el que los ciudadanos estén dispuestos a concederle, llegando a tal punto que propone la abolición de todo gobierno; Thoreau se consagra como enemigo del Estado.
Se reconoce actualmente a la desobediencia civil como la mejor práctica ciudadana, de seguro en Walden Dos, un indicio de desobediencia civil o algún tipo de levantamiento contra los llamados Administradores, de seguro son castigados, linchados, o desterrados.

Walden Dos seguirá siendo una ciudad científica controladora y en constante experimentación. Se exige demasiado a los ciudadanos, se los considera triunfadores frente a lo natural. Se cree en un triunfo del hombre sobre la naturaleza, lo cual es un concepto puramente moralista propio de las religiones. Valores, moral, principios, regulación, díganse como se digan, pertenecen a sistemas represores y puritanos, que responden a caprichos del sistema de poder, en estos términos si es que seguimos a Nietzsche. El hombre por más ser humano que sea, siempre seguirá siendo un animal, como en algún momento bien lo manifestó Schopenhauer.
Es nocivo, corrosivo y envenenador hacer de la vida una forma de ciencia: la vida, enferma con este engranaje y este mecanismo deshumanizado, enferma la impersonalidad del ciudadano, esta falsa economía de la división del trabajo. Se pierde la finalidad, es decir, la cultura; el medio, la forma moderna de hacer ciencia, embrutece.
Cuando la vida es ciencia, se pierde la vida, se pierde el arte de la vida. Esta reflexión invita a interrogarse ¿si es que alguna vez un científico sabrá lo que es arte?, ningún científico sabrá interpretar una obra de arte, es lo más seguro, a lo mucho tratará de explicarla, como es propio de los científicos, pero nunca podrá sustraer lo que no se puede explicar. En Walden Dos no hay mucha apertura para el arte, no se conocen muchas manifestaciones artísticas, porque indudablemente no están en dicha época, o porque simplemente faltan las debidas condiciones.
Este régimen que acaece en Walden Dos, similar al de algunos otros, me da por pensar que no todo está controlado, que no siempre, todo va a estar bajo vigilancia, bajos los ojos del poder. Se lograrán, con esfuerzos, pero se lograrán, pequeños circuitos de escape a lo que Walden Dos significa y pesa con todo su contenido totalitarista. Una de esas formas de escape será el arte. Frazier no ha de saber, quién de los mil ciudadanos puede estar escondido en un baño al borde de la desesperación, con sus deseos y anhelos frustrados, pasando toda su vida ordeñando una vaca, pero éste está en el baño a punto de suicidarse y escribiendo poesía, eso, por ejemplo, Franzier no lo sabrá.
Claro todo tipo de conflicto o angustia que pueda sentir algún ciudadano de Walden Dos es desmentido, todos son perfectos y felices.

No hay que irse muy lejos, Walden Dos es la mejor obra de arte que hay, al igual que algunas comunidades o sociedades actuales. Es una obra expresionista; expresa, el silencio: El silencio de los ciudadanos que aparentemente están de acuerdo con todo lo que sucede en Walden Dos. ¿Cómo explican los científicos el silencio? A partir de la ciencia no puede decirse nada, porque el fantasma de la especulación los persigue.
Tomando en cuenta, y para hacer una analogía, que tal si traemos a discutir la obra de Edvard Munch, el grito. En esta obra lo que menos hay es ruido, y lo que mas hay es silencio. El grito parece provocar silencio, lo más probable es que él lo causa, lo hace surgir. La única expresión de el grito, es el silencio, un silencio pintado a partir del infierno interior de Munch. Es un silencio eterno y vigente. El silencio es sinónimo de un infierno interior, como en Walden Dos, todos callan.
El arte ha servido para hacer una lectura más de Walden Dos, el científico hubiera sido lineal y concreto, y por supuesto desmentiría todo por no ser objetivo. Quizás los científicos no entiendan lo que trato de decir.
El sujeto angustiado, el sujeto libre es el artista. El artista es el origen de la obra de arte y la obra es el origen del artista. El artista no puede ser sin la obra, ni viceversa, aquello es de donde el artista y la obra reciben sus nombres: el arte, la libertad, la angustia, esto no hay en Walden Dos.


En Walden Dos se trata de demostrar una psicología aplicada a la sociedad. Cuando hablamos de psicología nos referimos a una psicología científica. Pero fuera de todo eso, siguiendo la intencionalidad de Skinner, en Walden Dos, se comprueba una vez más la insistencia de los profesionales de la Psicología tratan con tanta insistencia acercarse a la demanda social aunque no les importe el cómo ni el para qué. Un grupo de psicólogos no han reflexionado y analizado tan profundamente el cómo y el para qué acercarse o atender la llamada de la demanda social.
Estos psicólogos se configuraran como un grupo de profesionistas que actúan de manera errónea.
Algunos psicólogos, como Skinner por ejemplo, han podido disfrazarse como especialistas rigurosos y científicos, para transformar una sociedad que desconocen como tal. Esto es un llamado algo novedoso, porque si alguien ha creído alguna vez en la Psicología como ciencia, que despierte.
No hay Psicología Científica y por consiguiente, psicólogo alguno que conozca bien la sociedad donde vive.
No está demás preguntarse siempre si es que la realidad en donde se vive es objetiva.
Karl Popper plantea el problema de la ciencia en términos de estricta lógica interna, posición que sitúa a la epistemología como a un fenómeno separado de lo que es investigación científica; el problema de la ciencia no está solamente en la construcción coherente de las teorías, sino también en su conexión con la realidad.
La cuestión es algo sencilla. Detrás de algunas posiciones científicas existe una ideología. La teoría está prescindida de su ideología, por formas de pensamiento que nos permite acercarnos a la realidad. Todos estamos sujetos a las dictaduras ideológicas, colonizados por formas de pensamientos prácticos y totalizadores. Nacemos y crecemos donde transitan estos pensamientos. Si la ideología se encuentra detrás de toda teoría científica, entonces ¿Dónde está la ciencia? ¿Cuándo es que se hace ciencia? La realidad que conocemos se a partir de nuestros pensamientos, nuestras creencias, nuestras ideologías. Vemos la realidad según nuestra lente.

Pensar en una Psicología que atienda las demandas sociales obedece a la colonización del pensamiento y a la dictadura de la ideología, es decir, es un posicionamiento ideológico ¿En qué parte está lo científico? Es la mera intención de satisfacer intereses personales que responden a llamados dentro de sus dispositivos de poder.

La misma definición de lo que es ciencia se origina a partir de posiciones ideológicas. Una buena definición de ciencia debería coincidir con su desarrollo epistemológico, que se da a través de la historia, sea donde sea el momento histórico de dónde se inició. La teoría debe tener una sólida base epistemológica. Para criticar alguna teoría, hay que conocer su historia, mas no solamente su momento histórico, en otras palabras hay que conocer su epistemología.
Hay una imagen aún precaria del psicólogo, una imagen evanescente en lo científico y éste se arrima a los modelos y métodos científicos para que no sea tan notorio. Esto sucede en un momento de cambio social en el que las estructuras y grupos sociales demandan una mejor calidad de vida. Y el psicólogo siente que ha llegado su momento.
Se trata de saber hasta qué punto y en qué modo la Psicología posee un campo científico propio, y bajo qué condiciones este campo puede optar a un grado de cientificidad, cualquiera que fuere. Las condiciones de medida de una observación, requieren una delimitación experimental del campo de la experiencia. Esta delimitación incluye el término de refutabilidad que es precisamente lo que le da límite a la experiencia.
El campo de la psicología en su afán de categoría científica requiere condiciones experimentales en la medida de sus experiencias. Las condiciones de laboratorio no son representantes de una objetividad, de una certeza en los resultados, más que en la medida en la que las condiciones postuladas en la hipótesis se produzcan de nuevo. Así la noción de normalidad no tiene validez más que en la medida en que se considere al campo de lo humano como un campo de laboratorio.
No se trata de negar las aportaciones de aquellos psicólogos que se dicen modificadores del comportamiento, en especial su interés por centrarse en los hechos, en la realidad, en el sujeto como ser específico, en las multideterminaciones biológicas y sociales de la conducta, etc.; pero sorprende el énfasis que algunos ponen en ocupar el espacio de la intervención psicológica, ya que sólo ellos saben cómo hacerlo de una manera científica y eficaz. Subyace una vez más el solapamiento entre el interés por los métodos científicos y la necesidad-ambición de poder en un terreno profesional todavía poco definido.
¿Psicología comunitaria como campo de experiencia para establecer procesos de cambio en los individuos y en los grupos sociales? ¿Psicología comunitaria como proceso de evolución hacia un mayor control social por parte del sistema? ¿Hasta qué punto la Psicología llamada científica no es psicología al servicio de un poder?
El campo de la psicología comunitaria estaría objetivado por la creación de múltiples espacios diversificados, en los que se puedan elaborar todas las diferencias y mantener la riqueza de lo normal fuera de la colonización del pensamiento y de la dictadura de lo ideológico.
¿Cuáles son las conductas a prevenir? Los teóricos del llamado Modelo de competencia piensan que el es Modelo el que permite identificar las conductas y problemas a prevenir, y señalan la necesidad de dotar al sujeto de instrumentos y técnicas para que participe en su propio control. Se necesitan individuos hábiles y dispuestos a comportarse bien. Es ingenuo plantear el enseñar a comportarse (a los sujetos y a la comunidad en general) como algo desgajado de la propia estructura social que lo hace posible. Asimismo se ignora que el hombre es una estructura sociedad-persona en la que lo intrapsíquico no es más que un producto de lo social. Y lo social determinante es mucho más que la especificidad situacional de las conductas o los parámetros del aprendizaje.
Se hace crítica al modelo psicoanalítico señalando su dependencia del modelo médico y acusándole de fomentar el individualismo burgués. Se ignora a veces que el pensamiento freudiano supuso una profunda ruptura con el modelo médico de enfermedad, y que cuestionó la estructura social y las bases mismas de la sociedad, lo cual no quiere decir que los médicos no hayan instrumentado diversos modelos, entre ellos el psicoanalítico, mixtificándolos y distorsionándolos.
Incluso se utilizan las evidencias negativas hacia la posibilidad de una prevención primaria de la patología psíquica, como muestras del desinterés hacia esta área, ignorando las múltiples aportaciones positivas. Los Psicólogos del comportamiento, en lugar de soñar con Un mundo feliz o Walden Dos harían bien en analizar los presupuestos éticos e ideológicos a los que sirven desde sus modelos de referencia. ¿Ansiamos la normalización o buscamos la diversidad? ¿Tenemos acaso resuelta la contradicción entre las necesidades del sistema y las necesidades de las clases, grupos sociales y personas?