viernes, 22 de septiembre de 2023

¿No cuestiones la vida? ¿Vívela?




Con respecto a la frase "no cuestiones la vida, vívela", es interesante considerar el papel del sujeto y su relación al deseo versus esa "vida".  Y es importante cuestionarla a través del análisis de lo que se ha dicho qué es esa "vida".  Es decir, la vida en aquél orden simbólico e imaginario y también imposible.

Es válido el cuestionamiento y explorar los diferentes aspectos de la existencia en busca de resignificar lo que se pensaba qué era la vida que teníamos, a veces, traumática.  Solo así hay transformación.

Entonces el "it is what it is", también tiene una alternativa y esa es: "It is what it is, but let's explore its meaning and implications" (Es lo que es, pero exploremos su significado e implicaciones).  Quizá a veces toca <aceptar>🤔 la realidad tal como es, sin embargo sería mejor profundizar en el significado subyacente y las posibles implicaciones psicológicas y emocionales que existan en esa relación.

 

Carlos Silva Koppel

sábado, 26 de agosto de 2023

Inteligencia Artificial y Educación

 


Existen preocupaciones actuales, como por ejemplo, que la inteligencia artificial suplante a las formas tradicionales de educación.  Pero eso es problema y a la vez resistencia, no solo a la inteligencia artificial, sino a la misma tecnología.  Para todo esto debemos definir qué es la inteligencia artificial que ahora está tan de moda.

Creemos mal que es algo actual, pero surge luego de la Segunda Guerra Mundial a través de Alan Turing.  Aunque la IA por definición no está para suplantar las capacidades humanas, somos todos testigos de que sí es capaz de superarlas.  Insisto que no es algo de ahora, pasó hace mucho tiempo cuando una máquina ganó al campeón mundial de ajedrez de aquél entonces, Garry Kasparov.  No sabemos si hoy una IA es capaz de sobrepasar al reciente campeón total y mejor jugador de la historia del ajedrez, Magnus Carlsen, pero en la recopilación de información de manera simultánea y global, ya ha superado las capacidades de los que estamos aquí leyendo.

La IA escribe poemas, edita fotografías, hace composiciones musicales, pero eso no implica que sea poeta, fotógrafo o músico. Y aunque nosotros la utilizamos todos los días desde nuestros móviles y la innumerable cantidad de aplicaciones que nos dan esta oportunidad, tampoco nos hace artistas.

Para mí el problema principal es la educación en general.  Antropológicamente hablando hemos diseñado un modelo obtuso para transmitir conocimientos, que no necesariamente son para vivir, sino para desarrollarnos en una sociedad que por estructura es carente, deficitaria y desigual.  Por tal motivo, no creo que la IA utilizada en el sistema educativo sea más nocivo que el mismo sistema educativo que ya existe.

Algo que sí me preocuparía y que pueda empeorarse más de lo que está en lo tradicional, es en la ética del ser-para-el-otro.  No pensemos que es un problema ya resuelto, porque si fuera así, no existiera la exclusión y el bullying entre estudiantes; ni se diga de las masacres en los colegios de países del Primer Mundo.

Es posible que la misma IA por prescindir de las emociones, valores religiosos y morales entorpecedores en muchos casos para relacionarse con la diferencia; es posible que las IA puedan ser laicas si se puede decir, y superiores en la aglutinación de la información necesaria para formar ciudadanos del mundo, sujetos políticos y congruentes con la sociedad sin las taras morales que discriminan.  Es posible por lo tanto que la IA pueda dar un mejor mensaje que los que se han dado en la educación tradicional y pues, que no han tenido demasiado éxito.

Pero la IA no responde toda la demanda que pueda hacer el sujeto.  No responde la contradicción, no responde a la paradoja y tampoco responder al porvenir.  No quiere decir que los libros y los maestros de carne y hueso lo hagan, pero por eso mismo, por mostrarse faltantes, quedan esperanzas.  ¿Cuál es el problema de la inteligencia artificial entonces? El ideal de perfección, inalcanzable, por supuesto, pero que se quiere emular.  No es para menos, conecta perfectamente con el modelo de calificación sobre las altas notas que implican ser “sobresaliente” y figurar en el cuadro de honor, para luego ser el empleado del mes una vez acabado su período educativo.  La educación de hoy, con o sin IA, debe terminar con el darwinismo social y la exclusión.

                Si es verdad que existe una individualidad, a la normatividad y homogeneización del sistema educativo nunca le importó, hay que decirlo.  Se ha hablado de “inclusión”, pero por un lado pensemos que surge por el ahorro de hacer escuelas especializadas para atender a la diferencia y a las capacidades especiales, y por el otro, pensemos que la “inclusión” ya es una oferta comercial.

Lo que se enseña hasta el día de hoy es a partir de marcos estandarizados que alguna clase social/académica/eurocentrista o anglosajona y más o menos local, decidió que debe aprenderse.  Soy bastante escéptico que verdaderamente se pueda aprender algo, o sea, estoy criticando al sistema educativo.  Si bien para algo podemos servir quienes somos docentes, es para encauzar a través de generar curiosidad para que existan las preguntas “¿por qué?” y “¿cómo?”, en vez de dar respuestas.  El “¿por qué?” no deja de ser una pregunta filosófica, la que todos los niños sostienen y que comienza a silenciarse desde las casas, para continuar el silenciamiento en las escuelas, colegios y universidades con profesores que no tienen todas las respuestas.

¿Pero saben quién sí tiene todas las respuestas? Google, Chat GPT.  Sin embargo, la IA, y aún la inteligencia (como se dice) de nosotros no ha podido descubrir un mejor método de enseñanza que el socrático.  En las arenas para competir con las máquinas sobre quién sabe más, el profesor tiene todas las de perder y la inteligencia artificial es el nuevo agente que pensamos ostenta el saber.  Ubicarse en una posición de saber puede ser nefasto para el mismo fin que pretende alcanzar la educación.  Me es imposible olvidar cómo en primer grado la maestra me corrigió algo que yo sabía que era correcto.  Por ese motivo creería que mi decepción por el sistema educativo ocurre demasiado temprano.

                No creo que debamos culpar a la IA por la deficiencia en el aprendizaje, hoy cuando nos encontramos con estudiantes de universidad que ni siquiera saben leer ni escribir bien.  Hay otras variables para barajar como la mercantilización de la educación y la no idoneidad en tanto aptitudes de los tiempos actuales.  En donde los alumnos son clientes y los docentes meros obreros al servicio de una empresa educativa cuyo trabajo peligra por la queja del cliente.

                La individualización en el sistema educativo es por lo tanto antitético, porque no se alcanza a ver el caso por caso.  Sin embargo, son las consignas de qué es lo que hay que aprender, por qué y para qué.  Si todo ya existe en la nube, entonces sí, es menester tener en consideración esto que se ha expuesto.  ¿Cuál es la necesidad de conocer tal o cual cosa? Cuando lo idóneo sería saber el método para aprender por sí solos, de manera individual, discriminando sobre información falsa y verdadera.

                El mundo, aún el Primer Mundo, está en espanto porque el Chat GPT va a cambiar por completo el modelo educativo.   Tanto así que en EEUU se lo ha prohibido.  Pero luego de haber pasado por la pandemia, quedó más que claro la obsolescencia del método educativo que se había venido imponiendo por siglos, y que la salida momentánea, no tuvo el éxito para quedarse.

                Finalizadas las restricciones por el Covid, todos desearon volver a lo de antes.  Pero esto va de la mano con los discursos que insisten en retornar al pasado, en que “el pasado era mejor”; y pensemos mejor que modelos filosóficos, psicoanalíticos, psicológicos, sociológicos y científicos, se sostienen por un conservadurismo económico que mueve millones de dólares.

                Hoy en día la información es accesible para todos y el paradigma de “aprender” de la manera decimonónica ha sido superado, pero no tolerado por las instituciones que entregan las credenciales para el conocimiento.  Es así que vemos youtubers, tiktokers y demás influencers hablando de cualquier tema y no de manera demasiado equivocada, sin haber ido a la universidad.  O si lo desean ver de forma más trivial, ganando dinero, sin haber “invertido” en educación.


Carlos Silva Koppel

Psicoanalista

jueves, 27 de julio de 2023

Adiós TCC, ¡Hola Psicología Cuántica!


Cuando crean que el psicoanálisis lacaniano es de locos, esperen que les hable de Psicología Cuántica. Por supuesto, que se encuentra a años luz del viejo paradigma newtoniano que manejan las terapias cognitivas conductuales. De antemano, los psicólogos no debemos ser físicos cuánticos para poder ejercer este paradigma, pero así mismo como hizo Lacan con otras ciencias, podemos usarla de manera aplicativa.  Tampoco debemos ser matemáticos rigurosos, incluso, cuando el mismo Stephen Hawnking haya dicho que le faltó más conocimiento en matemáticas para poder desarrollar mejor sus teorías.

Se necesitan muchas horas de estudio para poder conocer al fin que la realidad no es tal lo que conocemos o como nos han dicho que es.  Desde la cuántica se entiende que la realidad es energía.  De aquí que podemos hablar la “realidad psíquica” de igual manera, no como certezas, logros, fracasos, depresión, ansiedad, sino, como energía y como tal, siguiendo principios de la física, ni se destruye ni se crea, se transforma.

El desconocimiento de la incertidumbre u otros paradigmas, lleva a los psicólogos y psicoanalistas a hacer intervenciones reduccionistas, en el mejor de los casos, cuando sí hay intervenciones.  O en su defecto, a entrar a guerras infértiles con teorías novedosas que se alejan de los modelos objetivistas y organicistas.

¿Qué implica implementar un nuevo modelo de abordaje en el ámbito psi?

Ampliar las posibilidades del paciente

Tener más herramientas para el abordaje


Quizá, en primera instancia, debemos como personas y no como profesionales, entender de manera distinta nuestra propia realidad para poder asumir una postura de estudio, abordaje e investigación en el campo psi.

Recordemos que el modelo de la psicología clínica es un copiado del modelo médico.  Se entiende el padecimiento humano en clave de síntomas y trastornos.  Tal como lo hemos abordado hasta ahora: estrés, depresión, ansiedad, perdón, venganza, ira, tristeza, fobia, etc.  Pero lo propuesto por la cuántica es concebir al ser humano y a su sufrimiento desde leyes no deterministas.  Por ejemplo, concebir todo lo que nos pasa o nuestras decisiones desde la incertidumbre.  Con lo dicho, por lo tanto, no hay mejores decisiones que otras; todos los errores no son demasiado graves; podemos convivir con lo incierto en la medida que lo comprendemos como principio.  Desde esta perspectiva nosotros y nuestra mente somos incertidumbre, el tiempo y el espacio son incertidumbre y todo lo que pasa fuera de nosotros, también lo es.  No es posible controlar, regular, ni lo de dentro o fuera de nuestra mente, a diferencia de lo que plantean las teorías organicistas y fisiológicas de la psicología.  Y no poderlo tener en control, está bien.  No está demás hacer el símil entre incertidumbre con lo que sería su equivalente, el inconsciente.

Vale apuntar desde esta óptica: las causas están perdidas, de cuyos efectos queremos encontrar.  Se vuelve esta máxima un puntapié a todas las corrientes psicológicas o psicoanalíticas que van en busca de las causas para mitigar los efectos, es decir, los síntomas.

En una de las mejores películas que ha dado el cine, Everything Everywhere All at Once, donde claramente se encuentra el punto que queremos demostrar en el presente escrito, es que: al final nada importa, y entonces ¿Qué es lo que sí? A esta pregunta siempre respondo que el amor.


Carlos Silva Koppel

Psicoanalista

lunes, 26 de junio de 2023

La importancia de la retórica desde el análisis de un spot publicitario

 

    


 

    Hace un tiempo a un conocido experto en marketing le hablaba de la retórica y me preguntó "¿Con qué se come eso?".  En países donde sus producciones cinematográficas las geniales, puedo decir que así mismo serán sus publicidades.  Sé que si eres ecuatorianx hablará de la poca inventiva de nuestros comerciales.  Basta con contratar a un famoso de la farándula para hablar de un servicio o producto, no es que no sea válido, es pobre.

    En varias ocasiones he sido invitado a participar como "actor" para spots, pero no pude evitar darme cuenta de la pobreza del guion.  No estoy intentando proponerme como guionista, pero sí como estudioso en el uso del lenguaje.  Muchas veces escuchamos "retórica" como una forma despectiva para referirnos al que no dice nada, pero contrariamente, la retórica es el aparato que sirve para decir todo.  Su proceso creativo, casi teatral, nos hablará de la calidad de la muestra audiovisual.  Se preguntarán, ¿por qué me interesa? La respuesta es: porque me interesa el lenguaje.

    Veamos el siguiente spot para poder recomendarles algo a nuestros amigos que estudian y se dedican al marketing: 

https://www.youtube.com/watch?v=arlXqMg4FO4


Creación

    Aparentemente es muy sencilla pero no es así.  Un día laboral, un día cualquiera.  Implica a todas las personas sin distinción.  Se preocuparon en las personas de a pie, en el tedio del trabajo, en que se puede tomar una pausa y en la decisión de hacerlo.  Pero también es atrevimiento.  Se ve cool a quienes tomaron la decisión y eso será también lo que convoque a los demás.

    Encontramos como acciones secundarias las tareas que estaban realizando todos, las mismas que dejaron de hacer.  Sin embargo, alzar las cejas al son de la música lo vamos a plantear como una acción principal.

    Sobre el eslogan, me parece que es multidinámico. No hay uno en específico.  Lo que aparece al final, “¿te apetece un Mc Donald’s?”, es más bien una invitación.


Sobre su organización

    Es una secuencia que se da en tres escenas: en la primera reciben la tarea y empiezan a caminar; la segunda, se encuentra caminando y dirigiéndose al destino y la final, el retorno a la primera locación, donde encontramos a la empleada que designó la tarea.  Los personajes caminan hacia llegar a un destino que será Mc Donald’s.  Mientras van caminando, sus colegas se unen.

    Existen elementos paralingüísticos, por ejemplo: las cejas levantadas hacen referencia a la “M” de la marca.  En uno de los cameos están escritas en la pizarra las preguntas “¿aburrido?”, “¿hambre?”, “¿cansado?”, “¿distraído?”, “¿con sed?” escritas con un color apagado y al retornar la cámara cambian y de color rojo por “actitud positiva”, “¡idea!”, “despierta”, “relájate”.

    El objetivo es indicar que es una decisión y un acto rebelde tomarse una pausa en un día de trabajo cualquiera y que esa decisión es de personas fuertes y seguras.  Que nada es más importante, ni el trabajo, que esa decisión de ir a Mc Donald´s.


Diálogos

    No hay diálogo, pues no hace falta.  Los elementos elegidos hablan por sí solos ya que están cargados de simbolismos.  Solo se escribe el mensaje “M”.  Hay un mensaje de frescura y de salir de la rutina, gracias a Mc Donald’s.

    Que todos tengamos dos cejas y que al ser levantadas implique un Mc Donald’s, también significa que todos llevamos a Mc Donald’s con nosotros. 


Se mete en nuestra cabeza

    Se intenta evocar a la marca con la “M” inicial.  Sin embargo, no se la escribe a la perfección de manera intencional.  La marca está posicionada, domina al mercado y juega con eso.  El cierre del final da un sentido a todo lo anterior, pero no haría falta.  Si no hubiera habido el logos del fin del spot, igual hubiéramos sabido de qué iba el comercial.  Pero ahora, más que nunca, recordaremos la “M” de Mc Donald’s, porque lo llevamos en nosotros, en nuestra cara, en nuestras cejas.  Es lo que me parece brillante, dado que, en lo actual, esta tipografía significa felicidad (refiriéndome al uso de emojis o caracteres virtuales).

Lectura final

    La estrategia persuasiva va también de la mano con un elemento paralingüístico que quizá no impacte a las nuevas generaciones.  La canción elegida Oh Yeah, es de la película Ferris Bueller's Day Off, en donde el personaje principal (Matthew Broderick) falta a la escuela, engaña a sus padres y pasa por un montón de aventuras por su atrevimiento y rebeldía.

    La propuesta es genial desde su inicio, el que no tiene intención de hacer mención de la marca, porque ya está increíblemente posicionada.  Los mensajes entrelíneas, como el de la pizarra, es potente y es tan rápido, que puede pasar como menaje subliminal.

    Se demuestra empoderamiento, pero en realidad es atrevimiento y decisión, superponiendo esos afectos por sobre la responsabilidad de cumplir con las obligaciones cotidianas.
El spot en su totalidad es convocatoria: te invita a ser rebelde, decidido y finalmente, te invita a Mc Donald’s.

    No puedo dejar de señalar el detalle de los dos obreros al final, vestidos con los colores de la marca. 
La publicidad misma está cargada de detalles casi imperceptibles, lo que hace que cumpla con todas las expectativas retóricas y quizá sea, una obra de arte publicitaria.  Muy bien pensadas, que revoluciona el mundo publicitario porque habla de la marca, sin mencionar: la hamburguesa, las patatas fritas, los helados o las sodas.

    No está la melodía tradicional, no está el restaurante, se juegan otras variables.  Sin dudarlo, se pone por delante de su competencia directa.



Carlos Silva Koppel
Psicoanalista


martes, 13 de junio de 2023

Intelectuales en las redes sociales

 

           Para la exposición pertinente se ha decidido por definir en primera instancia ¿Qué es un intelectual? Es posible que por mucho tiempo estuviéramos engañados pensando cual efecto Mandela, que un intelectual es un señor con pipa que habla cosas en difícil.  Sumado a esto agreguemos que decir “intelectual” va cargado a priori de un género determinado, excluyendo así al género femenino o trans.  Para muestra un botón: Paúl Preciado en representación de lo trans, pero también hallamos a Camille Paglia, entre muchas otras, como representantes de lo intelectual fuera del campo netamente masculino.

Los intelectuales mismos dejarían de ser tal cosa si es que se excluyera por género al intelecto en la medida que dicho nombre se lo ganan por la supuesta amplitud de conocimiento sobre el mundo y las cosas.

Entonces, ¿Qué sería un intelectual? Según Umberto Eco (2020) podemos apuntar qué es un intelectual y qué no es un intelectual:

 

Si por intelectual entendemos únicamente todo aquel que trabaja con la cabeza, y no con sus manos, un empleado de un banco es un intelectual, y Miguel Ángel no.  Hoy, con los ordenadores, cualquiera es un intelectual.  Por eso, no creo que la cuestión tenga nada que ver con profesiones o clases sociales.  Para mí, un intelectual es alguien que produce nuevos conocimientos haciendo uso de su creatividad.  Un campesino, cuando comprende que un nuevo tipo de injerto puede producir una nueva clase de manzanas, está desarrollando una actividad intelectual, mientras un catedrático de Filosofía que se pasa la vida repitiendo una misma clase sobre Heidegger no tiene por qué ser un intelectual.  La creatividad crítica –el espíritu crítico para analizar lo que hacemos o inventar formas mejores de hacerlo– es la única vara para medir la actividad intelectual. (p. 2700)

 

                En esta novedosa definición, Eco (2020) ya se catapulta como intelectual al decir que no es una actividad netamente mental y que cualquiera con dispositivos tecnológicos, pudiera en teoría serlo muy fácilmente.

                Si medimos la acogida de personajes en redes sociales, podemos ver que quienes tienen más followers poseen toda una maquinaria de producción audiovisual, pero sus propuestas no son creaciones novedosas y menos aún, críticas o útiles.  Ni se diga que crucifiquen epistemológicamente el conocimiento anterior para dar un paso más adelante en el saber de lo humano, la vida o el universo.

                Se puede presentar como ejemplo a Jorge Alemán (filósofo y psicoanalista argentino) en su cuenta de Twitter, y tiene 22 mil cuatrocientos seguidores.  Otro ejemplo sería Michel Onfray, importante personalidad de la filosofía en Francia, tiene más de cien mil seguidores. Alguien más pop y difusivo sería el denominado filósofo mexicano Diego Ruzzarin con casi ciento noventa mil seguidores.

                Entre otros que podamos encontrar, son personalidades que se manejan en el mundo de la filosofía pero cumplirían, al menos Onfray y Alemán, el estatuto de intelectuales por proponer la novedad desde una postura crítica.  Sin embargo, el mayor contenido de sus propuestas seguiría siendo sus libros, a lo que podemos contraponer como pensamiento novedoso, es que prescindiríamos de los libros en papel en tanto todo lo que escribimos o subimos en nuestros sitios web, ya constituyen nuestra enseñanza, obra o libros.

                Para seguir con la definición de Eco (2020), tanto en Tik Tok como en Youtube encontramos (como puede haber muchos otros ejemplos similares), La granja del borrego.  Que al menos en Youtube tiene más de 4 millones de suscriptores y en Tik Tok alcanza los once millones y se trata de un adolescente colombiano que empezó a transmitir la vida en el campo desde la pandemia.  En aquél entonces tenía 13 años.  Su forma de comunicación es entretenida así como su producción audiovisual, pero también imparte un mensaje e información nueva y hasta interesante sobre la vida en el campo.

                Llegó la hora de preguntarnos si es que un intelectual en redes sociales es un influencer o no, a lo que decimos: no todo influencer es intelectual, ni todo intelectual es influencer. Pero un intelectual sí puede ser influencer en la medida que conozca cómo difundir su propuesta crítica a lo ya establecido.  Por ese lado se cumpliría el principio de: se piensa en el otro a la hora de transmitir lo que se quiere proponer en detrimento a quienes producen, escriben o siembran para sí mismos.

                ¿Qué tanto que quien produce conocimiento nuevo en redes sociales o en su defecto reflexivo, debe estar abierto a la discusión? Considero que parte de esto que he hablado, de lo intelectual, es apertura a la construcción y aval del conocimiento o saber novedoso.  Es importante desmarcar al intelectual de toda práctica ostracista, dogmática y centrada en el narcisismo, porque de lo contrario no hablamos de un intelectual, sino de tan solo un influencer que suscribe a las demandas del capitalismo sin ningún tipo de crítica o pensamiento novedoso al sistema del cual se sirve.




 

 

 Carlos Silva Koppel

Psicoanalista

 

 

 

 

Referencias Bibliográficas:

 

Belmonte, M., Calvo, J. y López Martín, F. (Trad.). (2020). The Paris Interview, Entrevistas. Barcelona: Acantilado.

 

jueves, 1 de junio de 2023

IA y el futuro apocalíptico



Ya lo vimos en Black Mirror, lo apocalíptico con respecto a la IA.

Es verdad lo que han comentado los expertos, eso de que todo avanza muy rápido y que nos estamos quedando obsoletos.  Pero yo diría más bien, engañados.

Tememos a un "futuro" cuando ya en el presente es que la IA está haciendo un poco de las suyas en relación a lo que somos, lo que decimos y pensamos. Nos ha atravesado el ser también, porque, no podemos imaginarnos la libertad sin lo tecnológico. ¿Pero somos realmente libres? Se ha dicho hasta el cansancio incluso, que las redes sociales son el nuevo Ágora de la democracia, pero creo que no hay nada más lejano a eso.   Lo interesante es que se lo haya asumido como una verdad, porque esa es la sensación que los que están detrás de las distintas redes sociales, quieren que sintamos.  Lo abordo enseguida.

El algoritmo en tanto nos ofrece una burbuja que presenta una realidad, la que ¿necesitamos o deseamos ver? Nos agrupa con un montón de personas que tienen nuestros mismos intereses o comparten la misma opinión; por ahí también somos el objeto útil que otros necesitan para discrepar.  La tecnología, de la cual insisto ninguno de nosotros actualmente está librado -salvo en los países subdesarrollados y los que aún se encuentran en pobreza extrema-, condiciona nuestro ser dándonos un lugar en lo que creemos como un mundo con ontología, es decir, que posee substancia.

Las preguntas sobre lo que somos ahora a partir de la IA como expresión superior de la tecnología, no las estamos haciendo con la suficiente entereza.  Más allá de que nos quite trabajos, la IA nos mantiene bajo control, apagados, mientras el mundo con condición de ser, es decir, el que tiene substancia, está en ebullición.  Siempre lo ha estado, pero me llama principalmente la atención que sigamos explotándonos, cuando ya la historia ha demostrado las consecuencias de las guerras, la explotación de recursos naturales, el fracaso de la democracia, las consecuencias del consumismo indiscriminado, etc.

Tenemos la certeza de que nos mantenemos informados, en que nuestra palabra es escuchada, de que el amor de nuestra vida está en alguna red, de que somos de clase media alta, etc., todas estas ficciones, más bien, nos mantienen sometidos bajo un manto de engaño que nos lleva a preguntar, ¿Quién está detrás de todo esto? ¿A qué corporación, famoso, Estado, poderosos, les conviene tener a una sociedad adormecida, ensombrecida bajo el manto del algoritmo?  Hasta que lleguemos a pensar que la IA posea conciencia.  Lo que sí es cierto, es que nos ha arrebatado nuestra conciencia de clase... de clase en relación al lugar que ocupamos frente a la tecnología.  Pensamos que la consumimos cuando es más probable que sea ella la que nos esté consumiendo a nosotros.

 

Carlos Silva Koppel

  

sábado, 4 de marzo de 2023

Pensar críticamente desde el psicoanalista que “soy”

 

            Lo más cercano que tenemos al pensamiento crítico es El Criterio, de Balmés.  Muy poco escuchamos de pensamiento crítico en nuestro país, Ecuador.  Podemos decir que hasta carecemos de ello. Lo leemos todos los días en redes sociales o lo vivimos a partir de las consecuencias que se dan por nuestras elecciones políticas.  ¿Definimos qué es pensamiento crítico? Aún no. Vamos a darle primero un poco de lata.

      ¿Debería enseñarse en la universidad? Probablemente estemos hablando de una actividad intelectual y no académica.  También nos convoca a pensar si es que intelectualidad tendría una relación con lo académico, pues no estoy seguro. Que lo académico implique un trabajo intelectual sí, pero que un académico sea intelectual, es otra cosa.  Sin embargo, un intelectual ¿sería un académico? Vamos a descubrirlo.  El intelectual, tal individuo que piensa críticamente, será crítico, entonces, con los estándares y las vías de investigación sobre un fenómeno: investigará con otros estándares, seguramente.  Acá ya les voy dando una pista sobre la respuesta: pensar críticamente es razonar.

        Para que se cumplan los criterios de un razonamiento crítico, puedo servirme de Linda Elder y Richard Paul[1], quienes exponen algunas categorías para sostener un pensamiento crítico, con lo cual, también, bien podemos tocar la puerta de los psicoanalistas en general y atinarles éstas, a ver si, o siguen un patrón de pensamiento, ideología, doctrina o, pues, piensan críticamente.

         Desde la definición que el pensamiento crítico es “una interpretación y evaluación habilidosa y activa de observaciones y comunicaciones, información y comunicación”, ¿serán los psicoanalistas críticos? Veamos.

                Para Elder y Paul debe existir:

 

·      Claridad: el pensamiento está sujeto a ser comprendido, no oscuro.

·      Exacto: no debe ser vago o indefinido.

·      Preciso: debe especificar.

·      Relevante: se relaciona con algo que importa.

·      Profundo: plantea una serie de interrelaciones que implican complejidad.

·      Amplio: que abarque múltiples puntos de vista y no comulgue únicamente con uno.

·      Lógico: implica la unidad, que no signifiquen contradicciones internas.

·      Significancia: tiene distintos grados de importancia.

·      Justo: libre de prejuicios.

 

La respuesta a la pregunta planteada, es más que clara. La doctrina misma del psicoanálisis institucional, no provee ni piensa en los criterios aquí propuestos.  Aunque Lacan sí hace el esfuerzo por pensar críticamente (la obra de Freud y demás), se estudia sin criterio (mayoritariamente) la obra de Lacan.

                ¿El pensamiento crítico se da después de un trabajo de psicoanálisis? Quizás, pero dependerá de hacia dónde el analista conduzca a su paciente, si hacia el semblante o hacia la falta.

 

 

Carlos Silva Koppel

Psicoanalista



[1] Paul, R. & Elder, L. (2013). Critical Thinking: Intellectual Standards Essential to Reasoning Well within Every Domain of Human Thought, Part Two. Journal of Developmental Education, 31(1): 31-32, 36.

miércoles, 1 de marzo de 2023

Schumpeter y la democracia en Ecuador, hoy

 

Hace tiempo quería presentarles a Joseph Schumpeter para poder abordar algunas nociones del concepto tan manoseado de democracia.

Hoy ya lo hablamos poco, esto, ¿Qué es Democracia? Al menos en lo local solo lo pensamos a partir de lo que han dicho nuestros colegas intelectuales del medio.  Algo de Habermas por aquí y algo de Rancière por allá.  Sin olvidar el comentario que hemos escuchado sobre Toqueville y su Democracia en América.

Schumpeter en Capitalismo, Socialismo y Democracia apunta que lo que podemos entender como democracia, lo haríamos en el sentido rousseuaniano que implica la colectividad.  Sin duda es una visión contractualista.  Se superpone el voto del pueblo para tomar decisiones políticas, antes de cualquier ejercicio del poder.  Sumemos a esto que es el “pueblo” mismo quien controla quién está en el poder, cuidando de que no se convierta en una élite dominante.

El sentido que le da Schumpeter a la democracia es revolucionario, en tanto, sostiene la constante observación de parte del pueblo a quien gobierna.  Con esto resolveríamos algunos problemas, en los que, hemos sido testigos ya de qué es lo que ocasiona el poder entre los seres humanos que lo ansían; la ignominia, la anomia social, el autoritarismo, etc.

El dilema ocurriría en si el pueblo, ¿tiene la capacidad suficiente de elegir a los más aptos para gobernar? Es un falso dilema cuando cada elección se produce en x cantidad de años, sin la potestad de poder retirar del poder al que no está apto.  A lo que podemos agregar que el “pueblo”, puede ser tildado de caprichoso análogamente a que tiene una mente de consumo.  Pero no se cumplen con los tiempos suficientes para que aprenda.

Como comentario: para que haya democracia, debe haber ciudadanos políticamente involucrados.  Lo que ya es sabido, al poder no le conviene y las instituciones (educativas) que son las responsables de formar ciudadanos críticos y políticos, muchas veces o no lo hacen o son parte de la ideología que alimenta a un gobierno, convirtiéndose en centros de adormecimiento o lo que puede ser peor, de adoctrinamiento.

En Schumpeter si el pueblo no tiene capacidad para influir en el gobernante, no existe la democracia.  Lo que sería ajustado a la realidad ecuatoriana de la siguiente manera: si el pueblo tiene que paralizarse y hacer uso de las calles para que un gobierno escuche, es porque no existe la democracia.

 

 

Carlos Silva Koppel

Psicoanalista

 

 

viernes, 24 de febrero de 2023

Salinas 2023 (II)

 

Me gustaría también que podamos pensar este suceso para hacer un análisis de ¿Qué es lo que somos?, quiero decir, para pensar al ecuatoriano.

Puede parecer un poco filosófica la pregunta, pero no está de más plantearla. ¿Qué es lo que somos ahora? ¿Es lo que hemos sido siempre? Vean qué interesante es hablar de esto. ¿Cómo condicionaría nuestra vida, nuestro destino, haber participado de ello, haberlo visto? ¿Debería cambiarla? Y si no ocurre algún efecto a partir de lo sucedido ¿lo habremos normalizado?  

Recuerdo el libro de El Perfume, en el que hubo un momento de inmenso éxtasis de todo un pueblo, que cayó absorbido por el exceso debido a la embriaguez que produjo un aroma obtenido por el perfumista.  Luego del evento, quedaron la vergüenza y la culpa.

Pero en ese presente de descontrol ¿saben lo que se hallaba? La incertidumbre acerca del futuro. Es posible que la pandemia haya dejado un rezago de aquello: la afectación del futuro.  No obstante, en esta suerte de debacle político-social, existe la percepción de que no hay futuro en la ausencia del progreso y del desarrollo; en que la vida no la tenemos segura en las calles; por eso el momento presente es desmedido, se asume sin consecuencias, sin importar si graban, sin importar el derecho de los otros, la propiedad privada, etc.

Por ahí he escuchado que “hay que dar la vuelta a la página”.  Es claro que cada suceso nos marca como individuos.  ¿Por qué llegamos ahí? Para eso se pueden plantear ciertas hipótesis, pero una adecuada es que la masa es por definición: acéfala, por lo tanto, puede ser peligrosa; impredecible: no sabes lo que ahí va a suceder y hasta cierto punto puede llegar a ser incontrolable.

También podemos pensar en la libertad ¿Qué es libertad? ¿Es lo que vimos aquél día? Los límites de los derechos individuales pueden verse afectados por el concepto impreciso de libertad. ¿Será que hemos confundido, políticamente, libertad con olvido? Quizá desde el plano político estos podrían ser los efectos que tanto se le critica al denominado “neoliberalismo”.

Creo que es un gran ejemplo, lo sucedido en Salinas, para decir que nos va mejor como sociedad sin ser libres. Con límites, autoridad, leyes claras. Otro problema es también el maridaje entre libertad vs. seguridad.  El tema de la seguridad es complejo ya que, puede tener sus excesos y caer en totalitarismo.

Se habla de “incivilización”, de “catarsis”, de “depravación” … pero a mí me gustaría ser un poco más profundo.  ¿Nos dominamos? fuimos testigos de que no tenemos control de nuestra vida, peor de nuestra conducta. Y este no es un problema social, sino intrínseco del ser humano de la sociedad moderna.  Ese vivir a la deriva, con la ruta marcada por otros: el trabajo, la religión o la ley.  Y, ¿Qué hay de la conciencia de nosotros? ¿Por los suelos?

El hedonismo corriente (no epicúreo), que salta como trampolín desde el consumismo, es una respuesta política.  El hedonismo desbocado producto por el ultraconsumismo audiovisual, el mismo que se da para vivir al margen de la realidad social, es una respuesta que se quiere instalar como antídoto a la ansiedad de vivir día a día en esta sociedad extremamente peligrosa y olvidada.

Pertenecemos a una sociedad cansada, que está agotada por el exceso de trabajo, carestía de la vida (salud, educación, bienestar). No se justifica, pero es la expresión del fenómeno social como síntoma.  Si se pudiera hacer un estudio acerca de en qué puesto de felicidad se encuentra Ecuador en el mundo, creo que estaríamos entre los más bajos.  El aliciente por definición que debería existir y ser explotado en demasía, para paliar la ansiedad y/o depresión de vivir enfrente del desconsuelo y la tiranía de la cotidianidad, es el arte.  Pero en un Estado que no se preocupa por lo básico, no puede atender los pluses de la sociedad.  Ese plus es abordado por lo privado que confunde arte con espectáculo o entretenimiento, el mismo que alimenta el consumismo distractor que desataría lo que queremos evitar.

Por otro lado, el uso desbocado del espacio público, uso que terminó en una serie de excesos, es la apropiación orgiástica debido a la inexistencia o imposibilidad de poder utilizar espacios públicos donde se pueda mesuradamente, sostener pequeños placeres medidos y permitidos socialmente.  La exclusividad no permite a muchos tener acceso a ellos, por un lado, y la inseguridad, impide que podamos hacer uso de la misma ciudad.  Entonces en la primera oportunidad, proclive a desbordarse, tengan por seguro que algo así va a ocurrir.  Por eso, la respuesta no es plantear más exclusividad, sino, mayor seguridad social.

Manifestarse apocalípticamente sobre estos hechos, de manera visceral, es muy fácil. Debemos leer un poco más a fondo este tipo de fenómenos sociales, porque si no, no podemos abordarlos para poder cambiarlos.  Con esto puedo traer a colación la importancia de tener un sentido crítico agudo, en tanto, no dejarnos llevar también por las pasiones de la denuncia, que son bastante parecidas a las pasiones del descontrol carnavalero.


Carlos Silva Koppel

Psicoanalista

jueves, 23 de febrero de 2023

Salinas 2023

 

Recuerden que no podemos explicar ningún fenómeno social o psicológico sin comprender época, contexto, aspectos etarios o de género. Ahora lo ocurrido en Salinas u otras partes del Ecuador, no deja de ser –como se ha visto en varias ocasiones similares– un chivo expiatorio para sacar la moralina que llevamos dentro y hacernos creer a la otra parte de la masa (la que no participó, la masa que critica en redes sociales) mejores que los otros, por encima que ellos, agentes de las buenas costumbres, “policías de lo correcto”. Me planteo las preguntas ¿Hay diferencias entre los excesos en las fiestas españolas de “La Tomatina” y el “San Fermín” con el carnavalazo en Salinas? o ¿Las fiestas setenteras del Woodstock? Quizá lo que faltó fue Rock n Roll y otras cosas más ¿Qué es lo que estamos juzgando? ¿Color de la piel, estrato social? Por otro lado, veamos algunos aspectos que pueden haber desencadenado excesos que irrumpían los derechos de los otros:

·   Vivimos en una época bastante sexualizada, mediáticamente hablando. El momento se dio para poner en práctica todo lo que hemos consumido audiovisualmente por un buen tiempo.

·   En Ecuador nos encontramos en una fuerte crisis política y social, en cuanto a precariedad en seguridad, por ejemplo.  Las bufonadas y otros excesos, fácilmente son hacerle mofa a la autoridad, lo vimos en uno de los vídeos cuando bañaban a un agente de tránsito.  Quiero decir que podemos considerar los actos llevados a cabo en Carnaval, como una manifestación política, que se ve en: el uso desmedido del espacio público, la confirmación de la ausencia de autoridad o la precariedad de las leyes, para que nos ordene. No es la educación la que ordena la polis, sino la ley.

·   Concluyo que si consideramos lo sucedido como una debacle social, es nada más un síntoma sociopolítico en la medida que, lo psicológico es condicionado por la situación de inestabilidad política en la que vive.

·   El exceso dionisiaco lo puedo proponer como una contestación al exceso de violencias y muertes que vivimos todos los días, para lo cual necesitamos ser igual de incisivos como lo hemos sido con estos actos inmorales. Los actos públicos que rondan lo sexual, son inversamente proporcionales a la muertes que se dan a la luz del día, día a día.

·   Quienes entran en aquella masa desmedida, aceptan las reglas del juego. Sin embargo, estas van cambiando a medida que los humos se van subiendo, para lo que luego sería tarde retractarse.

·   Los actos individuales se esconden en la masa, así que se dan rienda suelta a comportamientos que cotidianamente no pueden ser aceptados.

·    Es el efecto de “hinchada” de la que parte nuestra sociedad.  No podemos desmarcarnos de esa matriz ideológica futbolera que nos arrastra a hacer o defender cosas sin pizca de discernimiento.


¿La presencia policial hubiera servido para detener los desmanes?

La policía ha servido bastante bien para reprimir a civiles indefensos, mas no para combatir eficazmente el hampa que nos acecha diariamente. No es la presencia de “más policías”, es la acción estratégica, sin violencia o represión brutal, la que puede sostener un orden.  Sin embargo, como he dicho, lo sucedido en días recientes es precisamente eso: estamos sin autoridad.

 


Carlos Silva Koppel

Psicoanalista

 


martes, 14 de febrero de 2023

No todo es relativo: una crítica a la ideología del sentido común

 


               Es cierto que el relativismo tiene entre nosotros una suerte de popularidad, pero más allá de su alcance, no llega a sostenerse sino con el ideal de “relatividad” de Einstein que se apropia del sentido común, sin ni siquiera saber antes de qué va la fórmula E=MC2.

         Eso del relativismo se enfrenta a dos grandes problemas: el planteamiento de un universal y el reduccionismo de que una verdad, lo bueno o lo justo responden al contexto social.  En Occidente nos hemos apegado a este último, que les puedo proponer como un relativismo contextual.  De esta manera es cómo se ha configurado nuestro pensamiento y establecido incluso las diferencias entre “los unos y los otros”.  Los unos “más salvajes” y otros, “los civilizados”. Ya luego la psicología social se encargará con detalle abordar el tema de los gregarismos o la antropología de la mano de Mead, Boas o Benedict, que sostenían la inconsistencia de evaluar una cultura mediante otra.

          Pero el universalismo es un problema de cierta manera.  Además de que grandes pensadores de la historia han planteado universales, como, por ejemplo, el papi del psicoanálisis Freud, con la idea de que todos “tenemos inconsciente”.   Se le puede contraponer lo que sustenta Richard Rorty de que cualquier verdad “objetiva” vendría de un cientificismo de la ilustración.

             Por otra parte, el relativismo llega a permear el sentido común aupado a la vez con posiciones progresistas, que rechazan el universalismo por considerarlo colonial estableciendo una cultura eurocéntrica que no considera la subalternidad.

       Podríamos decir que en nuestro contexto ecuatoriano “pluricultural”, donde se manifiestan distintos grupos que defienden la diversidad, se entendería la multiplicidad de las culturas… pero no.  Se creería que somos relativistas, porque nos tenemos tolerancia entre nosotros, sin embargo, el día a día demuestra que no es así.

   Debería ser entonces, que nuestra posición del “todo es relativo”, la misma que va en consecuencia con la corriente de las ciencias sociales de a mediados del Siglo XX, chomskiana, foucoultiana, poulantziana, bourdieuana, etc., etc., no es congruente con la manera de comportarnos entre nosotros o referirnos a otros: en los dualismos de clase, de etnia, de grado, económicos, estéticos, etc.  Allí somos universalistas.

           Además, que ese relativismo moral del que nos jactamos es peligroso porque nos obliga a respetar una justicia fuera de la ley (justicia indígena), matrimonios de hombres con menores de edad que son intercambiadas por vacas. O a tolerar lo que pasa en otros países, como la ablación del clítoris, la circuncisión a la vista del público o la violencia de género que se sostiene en el islam.  Aquél relativismo cultural, conservador por cierto, no acepta que las costumbres, las prácticas sociales y la cultura va cambiando.

               En esta medida cabe la pregunta sobre ¿Por qué esa adicción la de nosotros de sostener el pasado a fin de conservar la pureza de los inicios? No les puedo dar una apreciación aún de ¿por qué sostener prácticas tan antiguas, cuando hemos avanzado en pensamiento, leyes, educación, producción y formas de relacionarnos?

            ¿La solución? Hay principios metaéticos y universales como los Derechos Humanos a los que todos, sin excepción, nos debemos de regir.

 

 

 

Carlos Silva Koppel

Psicoanalista

               

               

               

               

domingo, 15 de enero de 2023

Pensar la obra Sin Salida de J. P. Sartre

 


¿Qué es el infierno? ¿Qué es estar vivo? Pero la pregunta que podría atinar en el blanco incierto es ¿Adónde vamos cuando morimos? Sin embargo mientras vivamos, habrá que ir al teatro.

Fui a ver Sin Salida en el Teatro Sánchez Aguilar, que de antemano, se las recomiendo.  Son sutilezas las que se presentan allí y con esto no propondré que es una obra para público especializado.  Tampoco creo que eso exista en el teatro.  Pero asumo, que, como toda pieza de arte, a cada uno le convocará de manera distinta.

Resonaron algunas preguntas y parece que el director de la obra las ha sabido plantear de manera precisa.  Hace días decía en mis redes sociales que uno puede cambiar su forma de ser solo si: sufre, está rebosado de conocimiento, si es inspirado y si lo desea.  Creo que el teatro bueno inspira.

De la sala del Sánchez Aguilar, el día de Sin Salida, fácilmente podemos salir pensando en ¿Cómo vivimos? ¿Qué hace falta para no ir al infierno? ¿Qué somos nosotros y qué son los otros?

Definitivamente un infierno puede ser: convivir.  Más, convivir con quien no sabe convivir y es justa y necesaria la pregunta ¿Quién sabe verdaderamente eso?, en tanto no se parte de un conocimiento, sino de una esencia... la humana.  La esencia del ser humano es que está lleno de errores.  Pensaba, además, en el seno de la convivencia entre humanos no exenta de conflictos ¿Los sentimientos de quién son los más importantes en tanto sujetos relacionales? ¿O quién es de los seres errantes que somos, el más errante de todos o lo somos todos por igual?

Ciertamente quedará en cada uno que lo que se ve enfrente de nosotros en la obra sartreana sea el infierno.  Lo que yo vi es que, somos contradicción.  El que pelea por las causas justas, un maltratador, mentiroso; la bella, una vanidosa manipuladora y estafadora; y, la moralista, una envidiosa y oportunista.

Los pecados capitales van salpicando la escena mientras se dan los diálogos y los personajes erráticos con una conciencia a ratos asentados en el presente y por otros momentos, distraídos en la nada infernal sucumbiendo al mal que caracteriza a cada uno.

El infierno será entonces, aquél no poder salir rodeado del otro incompatible, cínico, y aparentemente bueno... compartiendo el sin-espacio, por la eternidad.  Pero un alivio sí será saber, que mientras estemos vivos, podemos obrar del lado del bien, pensar nuestros errores y principalmente, salir de cualquier infierno que vivamos con otro, sin pensarlo demasiado.

Una calurosa felicitación al director, a los actores y al equipo de producción.

 

Carlos Silva Koppel

Psicoanalista